Los Motivos del Lobo

Las protestas y bloqueos realizados el martes y miércoles por algunos “transportistas y comerciantes” en Acapulco y a lo largo de la carretera federal 200 que va del puerto hasta Marquelia, fueron la respuesta de quienes se dijeron afectados por la detención del comandante de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) en Marquelia, Jesús Clemente Calleja (a) El Chucho y otras personas que se reivindican como policías ciudadanos.

Un día después, el miércoles, las protestas de los mismos grupos y con las mismas intenciones pretendieron provocar caos en la ciudad; sin embargo, se encontraron con lo que deberían hacer las autoridades cotidianamente para desactivar estas manifestaciones sin ninguna demanda social que encuentre apoyo entre la ciudadanía: ¡aplicar la ley y los protocolos respectivos para el caso!

La acción fue apoyada por una ciudadanía que, con mutismo, desde hace algún tiempo había pedido acciones en contra de estos grupos de la delincuencia “protegidos” por algunas autoridades.

La respuesta social y la repulsa a la delincuencia a través de las redes ha sorprendido por su decidida determinación a favor de la aplicación del Estado de Derecho.

Y los “impugnados” por el Estado que ya han aprendido a hacer política movilizando para sus fines a los sectores lúmpenes de la población, también hacen uso de las redes sociales y medios de comunicación para plantear su “ verdad”.

Así que hoy mismo , algunos miembros de la UPOEG, que según trascendidos, han marcado distancia con la organización que dirige Bruno Plácido, demandaron la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos “ante las agresiones constantes, amenazas, violaciones a nuestras garantías individuales y asesinatos por parte del Comandante del 48 Batallón de Infantería de Cruz Grande, el Coronel Marco Lucio González Rodríguez”.

En un comunicado difundido durante los disturbios de hoy en Acapulco, el grupo disidente de la organización de Bruno Plácido, rechazó “la versión oficial difundida por el Gobierno de Guerrero de que se trató de un enfrentamiento, puesto que el muerto y los heridos están del lado de la policía ciudadana de la UPOEG, que sólo se defendió de la agresión con palos y piedras”.

En conferencia de prensa hoy el vicefiscal de Guerrero, Ramón Ayala Gamboa, señaló a los participantes en estos bloqueos y protestas de servir a intereses de la delincuencia organizada.

Y expresó que los llamados policías comunitarios detenidos el pasado martes en Marquelia no serán liberados por la presión y sí serán procesados por las autoridades.

Por su parte, las autoridades municipales de Marquelia que preside el priista Lincer Castaño Clemente, primo hermano del comandante de la policía comunitaria detenido por las autoridades federales, sin hacer referencia al hecho, solo llamó a la paz y a la convivencia entre los habitantes de esa demarcación afrodescendiente.

Sin duda que la acción de las autoridades de los tres órdenes de gobierno, orquestada por la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, sentará precedente en la lucha contra la delincuencia que había venido utilizando “la protesta social“ para sus fines.

Sin embargo, las autoridades también deben emprender acciones contra la delincuencia de cuello blanco (exgobernadores, expresidentes municipales, exsenadores, exdiputados, exfuncionarios, etc) que han saqueado los recursos públicos sin que se les castigue por delitos graves y sin que devuelvan al pueblo lo robado. Ahí andan haciendo polaca y buscando nuevos espacios donde medrar.

El combate a estos ilícitos terminará con la didáctica de la impunidad que han creado estos personajes en el imaginario de la población: “si ellos lo hacen, por qué nosotros no”.

Luchar contra ello es eliminar el mal ejemplo que han creado sin que al parecer pase nada, solo más delincuencia en todas sus formas.

La acción deplorable de la delincuencia que vive Guerrero y México también, por omisión y comisión, la crearon ellos. La impunidad es también una gran y vieja escuela.