Por Misraim Olea Echeverría

Los primeros meses del 2022 han sido difíciles para el Presidente, hasta entonces había podido sacarle la vuelta a los problemas de corrupción que lo involucraban a él o a sus cercanos.

A los problemas familiares ya conocidos, López Obrador tiene que sumarle aquellos de sus amigos, como es el de los audios filtrados del Fiscal General Alejandro Gertz Manero, en los que queda en evidencia un claro abuso de poder.

Gertz Manero rindió protesta como Fiscal General de la República en febrero de 2019, entre sus acciones más destacadas se encuentra la contratación de programas para el espionaje masivo de teléfonos móviles; la entrega de un cheque por 2 mil millones de pesos para la rifa del avión que no se rifó, cheque que por cierto hasta la fecha no se ha podido cobrar.

Otro de los actores involucrado en los audios filtrados el pasado viernes 4 de marzo es Juan Ramos López, personaje de confianza de Gertz Manero y hombre de confianza del Fiscal General, a quien le indica continuar presionando a jueces de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para obtener un resultado favorable en el caso de su fallecido hermano Federico.

Federico Gertz Manero, de acuerdo al parte médico, falleció en 2015 a causa de una congestión visceral generalizada; el ahora fiscal desde el primer momento acusó a la esposa de su hermano, Laura Morán Servín, y su hija Alejandra Cuevas Morán de homicidio por omisión de cuidados. Desde esa fecha el caso ha trascendido.

En las llamadas Gertz Manero y Ramos López dan muestra de la injerencia que tienen sobre algunos ministros de la Suprema Corte, incluso su influencia sobre el presidente Arturo Zaldívar, exhibiendo así el uso de su cargo para exigir que el resultado del caso sea a modo.

El cargo de Fiscal General es irrenunciable, lo que significa que aún con los audios conocidos Gertz Manero no presentará su renuncia; las cámaras de diputados y señalaron, con mayoría de MORENA, jamás llamarían a comparecencia al Fiscal y mucho menos podemos pensar que buscarían su destitución.

Cómo lo ha señalado López Obrador en diferentes ocasiones Gertz Manero es un hombre en quien confía y quien le ha ayudado a cobrar las facturas políticas que AMLO ha instruido.

En 1748 Montesquieu planteó en “El espíritu de las Leyes” que la mejor manera de evitar el despotismo es la separación de poderes, así el ejecutivo, legislativo y judicial serían órganos autónomos que limitarían los poderes el uno del otro.

En México, el caso de Gertz Manero da muestra de que el poder reside en una persona, el Presidente, quien decide a quien se le hace justicia, que leyes se aprueban y como se administran los recursos del estado. Efectivamente se está haciendo historia y hemos regresado 274 años para comenzar de nuevo.