Por: Misael Habana de los Santos

Si con concentraciones se ganan elecciones, la del próximo dos de junio ya está sentenciada: gana Morena y la alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, que daría continuidad a su gobierno y a la construcción de lo que ellos llaman el segundo piso de la 4T. La oposición conservadora derrotada.

Tres días después del arribo a esta misma plaza de la candidata a presidenta de la república Claudia Sheinbaum a una concentración masiva, Morena vuelve a repetir el ejercicio ciudadano en una tierra fértil, políticamente hablando, allanado por el huracán Otis.

El conservadurismo, reducido, desprestigiado, cabizbajo, se ha arrinconado en los suburbios, en los barrios marginales del puerto, desde donde da débiles signos de vida y gritan que la oposición en Acapulco también existe.

Frente a una plaza abarrotada de gente y de banderas, la alcaldesa, en busca de la continuidad, firme en sus convicciones, también leyó el futuro y destapó al ex canciller Marcelo Ebrard, quien dijo: “va a estar en esa parte de la historia y nosotros lo vamos a apoyar”.

Parte de la historia, que bien sabe ella, la incluye en este nuevo tiempo de mujeres.

Los machos, presentes y ausentes, lo saben aunque no entiendan que caminan hacia el ocaso de la falocracia.

Ya los reportes periodísticos del día darán los números, las cifras que presumió López Rodríguez durante su participación, usando cartulinas, tarjetas y un largo discurso que no aguantaron sus seguidores que entraron a la plaza. Un buen número se retiró a sus colonias, barrios y comunidades rurales porque la noche se venía. Aquí solo describo el zoo humano en coyunturas determinadas por lo económico y lo político.

Todos los que estaban ahí en el templete a la hora de su participación en el micrófono reconocieron el liderazgo de la anfitriona de la concentración, hasta el senador Félix Salgado Macedonio, en busca de reelección, a quien desde Acapulco se le señaló como responsable de pretender imponer como candidata a la alcaldía de Acapulco por el partido del presidente AMLO a la diputada local Yolotzin Domínguez, a quien finalmente derrotada por las encuestas y sabe Dios qué otros factores, le dieron el nada despreciable premio de consolación de una diputación federal.

Los seguidores de Abelina apenas responsabilizaron a Yolotzin de orquestar “el abucheo” en contra de la presidenta de Acapulco durante el mitin de Claudia Sheinbaum la semana pasada. Inocente o culpable, no estuvo en la concentración donde estuvieron todos los buscachambas de Morena.

Este domingo no se vio a la exdiputada local en la concentración, brillando por su ausencia y poniendo en claro las diferencias políticas, los intereses personales y de grupo, de estos “próceres” locales que construyen el proyecto de nación sin aplicar el no mentir, no traicionar y no robar.

Bueno, hasta Jacko Badillo, empresario en el ramo de la seguridad y habitante de Costa Azul, llevó porras traídas de colonias suburbanas que le dieran y mostraran su raigambre entre el vulgo.

Genaro Vázquez, que recientemente abandonó MC, mostró a sus seguidores, su pequeño feudo, su cuota de votos, un nutrido contingente que levantó grandes banderas.

También estuvieron ahí “los güeritos” del Partido Verde que sin hacer campaña, siempre acompañando a los ganadores, han remontado posiciones sin despeinarse la greña y sin quitarse las gafas Oakley.

El candidato Alejandro Carabias Icaza tuvo que tragar sapos cuando Abelina mostró la deuda que aún se paga en la construcción del puente bicentenario que costó 360 millones de pesos, proyecto que como regidor él aprobó durante el gobierno municipal de Manuel Añorve Baños. Y esa deuda sigue igual, denunció la candidata de Morena a la presidencia.

Hablaron los representantes de los partidos que van en coalición. Jacinto, líder de Morena, pequeño y voz de diácono, reconoció a Abelina y homenajeó a los suyos, a sus muertos, entre ellos a César Núñez.

Marcelo Ebrard, en su breve participación de tres minutos, acompañado de la senadora Malú Micher, ratificó su amistad y alianza política con la alcaldesa porteña al estar en la plaza y con cada una de sus palabras: la obsesión por el trabajo y la gestión de Abelina.

Bety Mojica, que encabeza la fórmula donde va Salgado Macedonio, al que durante el mitin se le vio incómodo, sentadito como niño bueno al lado de Abelina, reconoció el liderazgo de la presidenta y habló del tiempo de las mujeres, soltando también sus velas, aquí frente a la bahía, sobre lo que vendrá después de la senaduría.

Ya es tarde y la gente se dispersa. Busca las camionetas, camiones de pasajeros, taxis, carros de carga, autos particulares, que quedaron a lo largo de la Costera desde el Zócalo hasta la gran plaza. Mientras la banda LDS, autores del jingle de campaña, con su ruido bajan la cortina.

Y me quedo con aquello que dijo la presidenta municipal: “Abelina, simplemente Abelina”. Inexorablemente no dejo de pensar en el culebrón de Simplemente María que aquí en boca de la candidata me suena a reivindicación de orgullosa identidad.