ACAPULCO, Gro., 20 de noviembre de 2022.- Unas 10 mil personas esperan el inicio del concierto de la cantante Yuri, convocado de manera oficial a las 19 horas para la clausura del Festival de La Nao, en el Zócalo de este puerto.

Las familias de acapulqueños y turistas ocupan ambos carriles de la avenida Costera, donde la presencia de dispositivos de seguridad es evidente, pero no así la de brigadas de paramédicos entre la gente, donde se han registrado incidentes menores como desmayos por deshidratación y falta de aire dada la aglomeración.

El público asistente comenzó a llegar desde las 16 horas y se ubicaron cerca del escenario montado a un costado del monumento a Benito Juárez, en El Malecón.

“Mana, esto va para largo”, fue el comentario de una mujer a su amiga cuando notaron que aún faltaban horas para que comenzara el concierto de la cantante y aún eran las 18 horas.

Ellas y sus esposos estaban de pie, una de ellas con tacones y tenía a un niño de unos siete años a su lado y la otra, con huaraches, tenía a un adolescente.

Comentaba la de tacones, que se había doblado el tobillo al cruzar el tramo habilitado a contraflujo de la Costera, mientras se escuchaba cómo en el escenario eran afinados los instrumentos para el concierto.

Los primeros invitados ocuparon las sillas de un área delimitada al centro de la gradería habilitada frente al escenario.

Tal hecho molestó a los asistentes que habían llegado dos horas antes y esperaban en una fila a que les asignaran una silla de las que aún estaban supuestamente disponibles, pero eso no ocurrió, lo que provocó gritos de desaprobación hacia los organizadores y lanzaron gritos de rechazo “¡Fuera! ¡Fuera! Eso no lo ordenó el presidente López Obrador!”, en alusión a la preferencia para privilegiar accesos a ciertos grupos.

El tráfico arreciaba a las 19 horas, horario en que comenzaría el concierto, y la gente se iba acercando cada vez más. Los cuerpos y el calor parecían más intensos e incluso, aquellos que habían llevado sus sillas y se sentaban en un palco preferencial en la banqueta del Zócalo, pues aún había flujo vehicular en la principal arteria de Acapulco, quedaron más alejados de la mitad de la multitud frente al escenario, ubicado a espaldas de El Malecón.

A las 18:58 horas, la gente comenzaba a advertir que la Costera sería completamente cerrada, pero el paso de vehículos, incluidos los camiones de excursión, dejaron de pasar a las 19:20 horas.

Los chiflidos comenzaron a sonar cuando el reloj marcaba las 19:30 horas, lo que poco importó a los clientes del bar Taberna 22, donde el ánimo era más prendido en el palco y, desde donde tenían la mejor vista al escenario, aunque se supo que cobraron dos mil pesos por mesa.

Los clientes observaban desde la terraza y muy atentos el último ensayo de los bailarines, mientras los chiflidos del otro público, el pueblo que llevaba más de dos horas de pie, esperaba el inicio del concierto y comenzaban a corear “¡Culero! ¡Culero! ¡Culero!”.

Eran las 20:04 horas y la gente suponía que la cantante del Apagón llegaba, pero hasta las 21:30 horas seguía sin presentarse.

Por: Quadratín Guerrero