Por Misraim Olea Echeverría

De todos los ámbitos que afectó la pandemia, el escolar repercute en aspectos como el académico, familiar, el de desarrollo, laboral, además del económico.

La instrucción del Presidente López Obrador de regresar a las aulas a tomar clases el próximo 30 de agosto, encendió las alertas de padres y madres de familia, así como de personal educativo que considera que los salones de clase son un riesgo de contagio.

En cierto sentido hay razón, a estas altura la niñez puede entender que es la pandemia y cómo se contagia, pero la dinámica en las aulas y las horas de receso involucran interacción continua y esto puede provocar que las medidas para evitar el contagio se hagan a un lado. Si bien es altamente probable que las y los niños no tengan una vida social tan activa que los exponga en mayor medida como a los adultos, estos últimos sí pueden contagiar a la y los menores.

Son incontables las experiencias de familias que han tenido que invertir en profesionales de la salud mental para ayudar a las y los menores de edad a enfrentar las consecuencias del encierro.

Quizá volver a las aulas sea necesario, pero para ello se necesita una estrategia clara y una inversión decidida para equipar las escuelas con los insumos necesarios que les permitan reducir al máximo el riesgo de contagio.

Desafortunadamente la estrategia se va construyendo de acuerdo a las ocurrencias que surgen en Palacio Nacional y se modifican según la crítica en los medios, como pasó con la carta responsiva que pedían firmar a los padres y madres de familia y que finalmente nadie reconoció.

En cuanto a la inversión para insumos que protejan del contagio al estudiantado, profesores y personal administrativo, la Secretaría de Educación Publica no ha informado si existirá tal apoyo. En teoría los recursos enviados del programa La Escuela es Nuestra tendrían que servir para ese fin, aunque este recurso no le llega a todas las escuelas y si llega tendrá que aplicarse en otras cosas diferentes a lo planeado.

El viernes 13 de agosto López Obrador cerró su conferencia mañanera con la canción “Los caminos de la vida”, para suavizar el mensaje contundente que daría a la población sobre la más azarosa acción que ha realizado su gobierno en la pandemia, el regreso a clases: “tenemos que correr riesgos”, “tenemos que salir a enfrentar la vida y confiar en que nos va a ir bien, porque la suerte también cuenta”.