Por: Misael Habana de los Santos.
Hay tantas cosas de las que podría platicar hoy. Por ejemplo, del debate que ganó Claudia Sheinbaum claramente, técnicamente, como en el boxeo, se fue hasta el final por decisión. También podemos hablar de la marcha “Marea Rosa”, que en Guerrero tuvo una presencia realmente escuálida y mínima. Esto refleja un poco la preferencia político-electoral hacia quienes representan de alguna forma a esa gente, los “xóchilovers” que están detrás de este movimiento supuestamente ciudadano.
Podemos hablar del caótico festival de motociclismo, una tradición que, queramos o no, se ha quedado en Acapulco como herencia de Félix Salgado Macedonio. Creo que ya se quedó para siempre. Lo que creo que se debe hacer es mejorarlo y establecer más controles de seguridad y de respeto al Bando de Policía y Buen Gobierno.
Otro tema del que podríamos hablar es la noticia que recibimos el fin de semana sobre el Cabildo, donde un grupo de regidores, la mayoría de Morena y de otros partidos, con la oposición de algunos del PRI (que por primera vez estoy de acuerdo con los regidores del PRI de Acapulco, con todo lo que tienen de impresentables), tuvieron razón. Se trata de la colocación de un busto del empresario Luis Walton Aburto, frente a la gasolinera que es de su propiedad y que está ubicada donde un río baja, pasa por debajo de la gasolinera y desemboca en el mar, en el corazón de Acapulco frente a la Diana. Ahí se colocó el busto.
En cualquier sociedad democrática, y más en un ayuntamiento democrático y plural como el que supuestamente tenemos en Acapulco, gobernado por Morena, una decisión de ese tamaño debería haberse consultado con la población, y no colocarse sin más, porque la ciudadanía puede malinterpretar el propósito, ahora consumado como despropósito: una decisión entre amigos o compañeros de partido.
Aunque Luis Walton nunca militó en la izquierda ni nada parecido; siempre fue empresario y claramente de derecha, con posiciones empresariales muy claras. Incluso apoyó al candidato del PAN, Ricardo Anaya, en la elección presidencial pasada, dejando colgado a AMLO, quien consideró el gesto como una traición.
Entonces, ¿qué pretende este ayuntamiento con su presidenta municipal Maricela Ponce Lanche? ¿Qué se busca al colocar este busto? ¿A qué se debe este homenaje en pleno proceso electoral? Aquí es muy claro: es un tributo amistoso y familiar para el empresario Walton. No es un homenaje de la sociedad a Walton porque esta no fue consultada.
El regidor priista René Juárez Albarrán, hijo del exgobernador del mismo nombre, denunció que para este homenaje se utilizaron recursos públicos para hacer la base donde se colocó el busto donado por la familia.
También denunció que la regidora expriista, experredista, Ricarda Robles Uriostegui lo quiso chantajear moralmente cuando se opuso a la edificación “inoportuna” del busto.
Robles le había propuesto que apoyara la edificación del busto porque él también o cualquiera de ellos podría necesitar un favor, es decir, un busto para un amigo o un familiar. Con esta lógica de esta eterna regidora, llenaremos plazas y calles de Acapulco con bustos y estatuas de políticos y empresarios.
Recuerdo que en la administración de Adela Román, un grupo de empresarios quiso colocar la estatua del expresidente Miguel Alemán, y la sociedad civil, a través de las redes sociales, se opuso y obligó a estas personas a colocar el busto de piedra o cemento, ferrocemento, quién sabe de qué, en su terreno particular, hasta que vino un temblor y lo dejó en su justo lugar.
Para el caso del busto del empresario gasolinero muerto el año pasado, bien se pudo hacer lo mismo y colocar la estatua en terrenos del fraccionamiento Las Brisas.
No sé cuál sea el disenso o consenso social hacia el empresario alemanista desaparecido, pero la edificación de un busto y un homenaje a su persona hubiera sido fortalecido con una consulta.
Imaginen, se acaba de morir el escritor acapulqueño José Agustín, uno de los autores que más ha hablado de Acapulco en sus libros, reconocidos en México y en todo el mundo, y hasta ahorita ni el ayuntamiento ni el gobierno del estado han sido capaces de colocar una estatua del escritor, o una placa, o nombrar una calle en su honor.
Pero sí el Ayuntamiento se adelanta a homenajear a Luis Walton. ¿Qué ha hecho Luis Walton para merecer un busto, como si se tratara de un héroe? ¿Por qué no se consulta sobre la edificación de un busto para Lucio Cabañas o Genaro Vázquez? ¿Por qué no al compositor José Agustín Ramírez? ¿Por qué no nombrar a la Costera como Avenida Juan Ranulfo Escudero? ¿Por qué Luis Walton tiene su estatua como la tienen Andrés García y Eugenio Derbez?
Es lo que me pregunto y le pregunto a Maricela Ponce Lanche, que es la responsable, porque ahorita es la presidenta municipal; Abelina López anda en campaña.
Ojalá corrijan este despropósito con una consulta a los ciudadanos, los que pagan impuestos y que quieren una ciudad menos kitsch, menos cursi.
Y también hay que ver qué tipo de estatuas y bustos. Las que hay son muy feas.