Válida el papel del obispo de Chilpancingo – Chilapa, José de Jesús González, quien se ha pronunciado por mediar con grupos criminales en #Guerrero , pero Joseph Spiteri dice que se requiere del empeño de cada persona para la paz real.

Luego de llamar a los integrantes del crimen organizado a la conversión, el corazón de todos, para que se pueda vivir una paz real y de validar el papel del obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernéndez como intermediario con grupos del crimen organizado, el nuncio apóstolico Joseph Spiteri reflexionó que sí se puede lograr la paz pero se requiere del empeño de cada persona.

El representante del vaticano en México que estuvo esta mañana en Acapulco en una oración con familias de personas desaparecidas durante la embestida del huracán Otis, principalmente los que cuidaban yates y que con ellos hizo un recorrido marítimo, así como visitaron a la Virgen de los Mares con monseñor Leopoldo González, arzobispo de Acapulco, en el tema de la inseguridad que se vive en México, particularmente Guerrero, qué noticias tenía al respecto y de la convocatoria que han hecho los pueblos, la pacificación de los territorios, pero también apelando a la fe a quienes son dirigentes eclesiásticos para que se reúnan y que haya este acuerdo para la paz en la región serrana de Guerrero, negó que tuviera información nueva pero que hoy empieza el encuentro de los sacerdotes de Guerrero, de la provincia eclesiástica de Acapulco, donde estarán los obispos y quienes tienen más información al respecto.

La Iglesia y los obispos, dijo, viven los mismos problemas que viven los ciudadanos y que al igual que todos “estamos preocupados”, pero también buscando de ver cómo ayudar a encontrar soluciones, también a nivel local.

Explicó que primero que nada es la oración por la paz, por el cambio de corazón de todos, la conversión y la solidaridad, pero que a su vez también van acompañadas de acciones como en muchas partes, donde todavía la Iglesia es respetada y puede “mediar para tener una paz social”.

Respecto a cómo ve la participación del obispo de Chilpancingo-Chilapa, González Hernández, quien ha señalado al gobierno de vínculos con el crimen, de si abona a ese planteamiento, explicó que cada obispo en su realidad la conoce, de su situación digamos local y las dificultades y como es la capital del estado, tiene contactos directos con las autoridades y lo que pide es a las autoridades hacer su parte.

“Yo creo que todos, todos, tenemos un rol, todos tenemos una función y una misión en la sociedad, yo creo que todos debemos cumplir con este rol, con esta función, con nuestra responsabilidad”
Se le preguntó si aunque se ofreció a mediar con los grupos delictivos, en particular en la intervención de estos obispos para llamar a la tregua, a negociar con grupos criminales, insistió en que es una situación muy local que obedece a realidades locales y que es algo bueno, en el sentido de que da una un momento de respiro, de paz a la población, a la gente porque los que sufren son las personas inocentes, que están agotados por la prisión de estos grupos.

Añadió que lo que verdaderamente necesitan y piden al Señor y le piden a sus “también, a estos hermanos, es un cambio de vida, un cambio de corazón, a la conversión de dejar estos mederos para construir todos una sociedad en la justicia, según el derecho y en la paz social”.

De si puede haber cambio si se mantiene a la población en pobreza extrema, con derechos básicos vulnerados y sin respuesta de las autoridades o solo con el cobijo espiritual de alguna Iglesia, declaró que piensa y cree que la fuerza del espíritu, de la oración, la fuerza espiritual es muy grande y ha visto en otros países, por ejemplo en Colombia, donde el rol de la Iglesia, en las actividades, en los proyectos y frente a situaciones como de guerra civil, “mucho peor”.

Aceptó que aunque el tiempo es mucho más largo, se piensa que se va a rezar al Señor y si se participa en una misa, al salir de la Iglesia, se va a cambiar como por magia, afirmó que no, si no se necesita el empeño de cada persona, que aunque es un proceso largo, es un proceso mucho más importante porque se va sobre los valores y sobre la formación integral de cada persona.

De su recorrido por México a su llegada a más de año y medio, el nuncio apóstolico Joseph Spiteri informó que ya recorrió más de la mitad de la República donde ha visto cómo los mexicanos a pesar de todas las dificultades siguen luchando, trabajando, buscando construir un país mejor, una sociedad mejor.

En el caso de Acapulco admitió que se quedó sin palabras frente a la tragedia, a la destrucción que a pesar de tantos meses es notoria y frente al dolor de la gente, declaró que no hay palabras y solo se solidarizaba y oraban.
Afirmó que la Iglesia ha hecho mucho, pues en noviembre pasado en el encuentro de obispos en asamblea, e inmediatamente decidieron que cada diócesis iba a apoyar a una comunidad local y siguen haciéndolo, como Cáritas, que es una de las primeras que se unió, en Ecatepec, que aunque no es uno de los centros más rico de México, pero las salas del seminario estaban llenas de víveres y otras cosas, destinadas para Acapulco.

Del encuentro de oración en la mañana dijo que es poco pero significativo, no tanto para ver lo que queda del desastre, pero para rezar y pedir a la virgen, a la Reina de los Mares su intercesión, sobre todo para sus familias porque tienen mucho problemas burocráticos que superar, por lo que llamó a no dejarlos solos y apoyarlos.

Por: Jorge Nava