ACAPULCO, Gro., 10 de abril de 2021.- Para la integrante de la organización Noria Research, Irene Álvarez Rodríguez, el proceso de cultura de paz en áreas como la sierra del estado se debe considerar el problema de la guerra de drogas y del narcotráfico desde un punto de vista agrario, dado que su abandono ha sido el punto de partida de la creciente violencia.

La post doctora en estudios sociológicos e investigadora graduada del Centro de Estudios Sociológicos del Colegio de México (Colmex), advirtió que los desplazamientos y falta de opciones económicas para las familias sembradores de amapola, tendrían alternativa de cambiar de cultivos lícitos con el fortalecimiento de actuales programas sociales que promueve el gobierno federal como Sembrando Vida.

“Nuestra propuesta es primero, entender el narcotráfico desde una dimensión rural o agraria, porque pensamos que el narcotráfico no es un problema de seguridad, que no se combate con militares y con la fuerza pública, sino que es un asunto de desarrollo rural y se combate con políticas de desarrollo social y, para quitar la visión estigmatizante de que los amapoleros son narcotraficantes, queremos demostrar que son personas que por una serie de circunstancias se han visto forzados a participar en esta actividad ilícita, que es el cultivo de amapola”, enfatizó Álvarez Rodríguez.

A partir de “¿Cómo plantear una transición de cultivos de ilícitos a lícitos y, así participar en la construcción de paz en las zonas rurales?”, habló en entrevista para Quadratín, de la necesidad de desarrollar una política social que complemente las producciones legales, con la creación de un mercado para sus productos, ya que calificó de “un buen inicio” la iniciativa gubernamental.

La investigadora experta en temas como autodefensas en Michoacán, crimen organizado y crisis en la sierra de Guerrero, mencionó, sin embargo, que los programas han sido suficientes para resolver los añejos problemas de las comunidades serranas guerrerenses.

“Sembrando Vida está pensado para la producción y en este caso reforestar maderas comerciales, pero nadie les dice cómo venderla”, destacó.

Añadió que es pertinente considerar cultivos de alta rentabilidad y con un ciclo de cosecha rápida e importante, monitorear la implementación de los programas sociales a través de instituciones campesinas e indígenas y capacitar a productores en otros cultivos.

La autora de múltiples estudios sociológicos añadió que “cuando hablamos de cárteles, hablamos de que representan monopolios porque en todos lados hay mafias, incluso de productos comerciales y, cuando los campesinos llegan a los mercados para venderlas se enfrenta con ellos”.

Añadió que una parte del estudio Amapola, investigación que forma parte de una serie de proyectos promovidos por Noria Research, incluyó visitas a la sierra guerrerense en invierno del año pasado, cuando el desplazamiento entre habitantes de comunidades se intensificó debido a constantes enfrentamientos.

Otra condición que observó en sus múltiples visitas a Guerrero, dijo, es la falta de infraestructura, porque los caminos son muy malos, lo que impide el traslado de las producciones en vehículos. Sugirió pensar en ciclos de producción que superen las cuatro cosechas que los campesinos obtienen en un año en los cultivos de amapola.

Recordó que a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio en 1994, es posible ver una caída en el precio del maíz y un aumento en la producción de amapola y marihuana.

“Para los campesinos de la sierra guerrerense, la única manera de obtener dinero y residir en sus comunidades es a través de la producción de cultivos ilícitos. En diciembre de 2020, el precio del kilo de goma de opio estaba en 15 mil pesos, y el margen de ganancia para los productores ra de cinco mil pesos y un vaivén en los precios”, dijo.

Puntualizó que sus propuestas parten de las políticas públicas existentes, al recordar que los años de presencia militar no han contribuido en la erradicación de las prácticas fuera de la ley, dado que son la base de la subsistencia en las comunidades.

La plataforma Aúna, fundada el año pasado, impulsa nuevas representaciones políticas con liderazgos de mujeres, para alcanzar  mayores resultados en bienestar, justicia y protección del medio ambiente.

Por: Quadratin Guerrero