Paella y vino tinto en Cima Las Brisas.
Misael Habana de los Santos.
Otra vez el abogado Eduardo López Betancourt reunió a sus amigo en su lujosa residencia en Cima Las Brisas, “un lugar cerca de la magia” dice el lema del conjunto fifí y que los acapulqueños repiten con sorna “un lugar cerca de la mafia”.
Pues ahí , el PHD y profesor universitario, cumpliendo un compromiso e invitación que hizo a su amigo el entonces gobernador Héctor Astudillo, cocinó para él y un grupo de 15 políticos, todos acompañados de sus esposas, uno de los mejores platillos que le salen cuando se coloca el delantal y va a la cocina: paella valenciana.
Cuentan algunos asistentes que la amena reunión, donde corrieron los vinos de los viñedos de La Rioja, fue amenizada con poemas inéditos del compositor Martín Urieta y declamados por el compositor autor de “Mujeres divinas” y con actos de prestidigitación en los que participaron los invitados.
En un conjunto de trucos y habilidades, con juegos de manos y ante la vista de todos, el mago sacó de la baraja tres cartas que formaron el número 147.
Todos atentos, Manuel Añorve y La diputada anti abortista Julieta Fernández, su esposa ; Doña Mercedes Calvo y su hijo el diputado Ricardo Astudillo; el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Raymundo Casarrubias y señora; Alejandro Bravo y esposa; Don Humberto Salgado y su hijo el notario Francisco Salgado; el dirigente del PRD, Alberto Catalán; el presidente de la Jucopo, Alfredo Sánchez Esquivel y su esposa.
El mago le pidió a algunos de los invitados fuera a la extensa biblioteca del abogado y tomara cualquier libro.
Fue una de las invitadas la que escogió un grueso tomó de jurisprudencia. El prestidigitador pidió lo abriera en la página 147.
Estando ubicada ahí, el mago le dijo que si en alguna parte del texto había la palabra corrupción. La participante en el juego afirmó: “si aquí está”.
Nadie entendió cual era la intención del mago o que sabía. Solo, todos se quedaron sorprendidos. Algunos cruzaron miradas como signos de interrogación. Desde luego todos aplaudieron.
Una ausencia notable fue la del ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, que para algunos se debió al reciente aniversario de la muerte de su hijo.
También circuló otra versión sobre la reunión en la residencia de Cima Las Brisas. La próxima elección del líder del PRI en Guerrero, y en donde todos los invitados son grandes electores tricolores.
También se dijo que el “tapado” para dirigir el tricolor en Guerrero se encontraba ahí y vino desde la Costa Grande donde es un bravo líder nacido en aquellos lares.
Así que no solo se cocinó paella y se tomaron buenos vinos, también se comió y se tomaron decisiones para el futuro cercano del tricolor en Guerrero por este grupo que también tiene influencia entre la clase política que hoy gobierna Guerrero.
Y brindaron con vino tinto como el color del partido de AMLO. Todos felices.