ACAPULCO, Gro., 4 de marzo de 2024.- Comunidad que trasciende, es el programa de apoyo integral para niños y adolescentes, que integrantes del colegio La Salle brindan de manera voluntaria a menores que no han podido volver a las aulas tras el paso del huracán Otis.

La encargada de Calidad y Formación de la institución, Juliana Dionisio Núñez explicó que la iniciativa nación con el ánimo de ayudar a las infancias y a las juventudes para que reanuden sus actividades escolares de manera presencial, ya que cientos de menores no acuden a las escuelas porque hay daños en ellas o no han podido ser reparadas.

El apoyo educativo e impartido en aulas de la institución privada comenzó el mes pasado con 40 niños, vecinos de las colonias Cumbres de Figueroa y Chinameca principalmente, aunque también hay quienes se trasladan del barrio de La Fábrica y de Praderas de Costa Azul.

Los docentes de La Salle que ofrece una formación católica, convocaron de manera persona y con ayuda de las iglesias, a fortalecer el entorno educativo y el equilibrio emocional de los niños y jóvenes de la ciudad, en un contexto de colaboración comunitaria, ya que la labor de quienes participan es voluntaria.

Desde el pasado 22 de febrero y en grupos multigrado de 20 integrantes, los pequeños reciben clases de español y matemáticas, formación de valores, catequesis y educación física dos días a la semana, durante dos horas.

“Son niños que académicamente, después de una pandemia venían con esta necesidad de aprender, luego el sismo y ahora nos enfrentamos al huracán. Ha sido muy difícil tratar de nivelarlos y es nuestro granito de arena para la comunidad. El único requisito es que no falten, se les da todo el material”, detalló.

Para las clases son utilizadas las aulas del colegio La Salle y están inscritos 40 maestros y maestras, quienes participarán durante los meses subsecuentes para los módulos que integran la instrucción de niveles primaria y secundaria.

Utilizando el mismo modelo educativo del colegio para los 60 menores, dividido en tres grupos, el personal voluntario recibe a los niños aplicando los mismos protocolos de atención a los menores inscritos en el colegio y que acuden todas las mañanas.

Dionisio Núñez explicó que el punto de partida del programa una vez puesto en marcha, fue un examen diagnóstico que permitió conocer la brecha de trabajo académica.

Asimismo, permitió trazar una ruta académica para llegar a un nivel escolar como el del grado escolar de los niños beneficiados por el programa.

“El principal elemento que tenemos es la motivación. La persona que trabaja aquí se siente motivada y tiene vocación. La satisfacción que tenemos es decir que ayudamos a nuestra comunidad. Nosotros hemos recibido mucho apoyo a través de Red La Salle, y es una manera de retribuir ese apoyo, y de ¿qué manera? con mi profesión”, expresó.

Comentó que el programa no tendría la respuesta que ha tenido, ya que a la fecha es amplia la lista de docentes voluntarios y hay una lista de espera entre los menores para integrarse a la Comunidad que trasciende.

Recordó que desde la devastación del huracán Otis, los niños no habían recibido una socialización con sus compañeros, por lo que destacó las llegadas al colegio en cada día de actividades.

“Es una alegría ver que dejamos un legado en la vida de alguien. Ver a los niños llegar, abrazar a la maestra, despedirse con cariño de ellos, es satisfactorio”, comentó.