ACAPULCO, Gro., 15 de junio de 2020.- El obispo Salvador Rangel ofició misa el domingo en la catedral de Chilapa ante unos 150 feligreses, en plena Fase 3 de la pandemia de Covid 19 y cuando el estado está en semáforo rojo por los contagios y muertes provocadas por la enfermedad.

De acuerdo con el diario El Sur, casi 200 personas acudieron a la tradicional misa de la 1 de la tarde en la catedral, de las cuales sólo aproximadamente la mitad portaba cubrebocas.

Las puertas laterales del templo fueron abiertas y la principal permaneció cerrada, pero en las entradas no había trabajadores de la Diócesis que ofrecieran gel antibacterial ni mascarillas, como había dicho el obispo que se haría.

Durante la homilía, el prelado pidió por los enfermos y fallecidos por el coronavirus, así como por el personal médico que atiende la pandemia. El saludo de paz se hizo inclinando la cabeza y tocándose el pecho, mientras que en la comunión, la hostia se repartió en las manos.

En entrevista al término de la misa, Salvador Rangel dijo que no quiere meterse en problemas con las autoridades ni exponer a nadie al contagio de Covid 19, pero que cuando llegó a la catedral las puertas ya estaban abiertas y la gente adentro.

Esto luego de que la semana pasada anunciara que se abrirían las puertas de las catedrales de Chilapa y Chilpancingo para la celebración de la misa, aunque el viernes reculó de su intención.

“Lo interpreto como la gran necesidad que tiene la gente de acercarse, porque la fe y la religión son algo esencial. Es donde tiene su consuelo y ayuda”, expresó.

Consideró que así podría proceder la Diócesis a la apertura de las iglesias, con un 50 o hasta 70 por ciento de su capacidad, aunado al uso de cubrebocas, aplicación del gel antibacterial y cloro para la suela de los zapatos.

Por otra parte reveló que dos sacerdotes han dado positivo a Covid 19, que uno ya se recuperó y el otro se encuentra en tratamiento. Insistió en su desacuerdo con que las autoridades federales consideren a la iglesia como actividad no esencial.

“Queremos ser muy respetuosos con las autoridades sanitarias, pero tampoco queremos que se aprovechen de nosotros por ser los más ordenados. Dicen por ahí, que se haga la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”, indicó.

Por: Quadratín Guerrero