Por Alfonso Juárez Serrano

Acapulco.- La ineptitud se disfraza de soberbia y se refleja en la inoperancia de una presidencia municipal sin rumbo.

Han pasado 26 meses de una administración que prometía un cambio, pero no ha ocurrido. Creíamos que podría darse, no se ha dado. Ni se dará.

Confiábamos en una nueva cara, un nuevo rostro de las políticas públicas, sin embargo, solo fueron promesas incumplidas y más de lo mismo.

Salga Usted y camine por la Costera, la Avenida Cuauhtémoc o cualquier calle, la hediondez, lo apestoso, lo sucio, lo descuidado, el olor fétido que hay es una metáfora del gobierno local.

Acapulco es botín de las manifestaciones. Bajo el argumento de la tolerancia, la ciudad se desquicia todos los días por unos cuantos que con razón o sin razón bloquean las vías a la menor provocación.

Se tienen contabilizadas 27 protestas del 1 de octubre al 19 de noviembre. El hartazgo acapulqueño es notorio para el Gobierno de Adela.

La falta de servicios básicos como el agua y la recolección de basura son una constante.

Román Ocampo se envalentona a ratos, pero de nada sirve, no hay alcance en sus “decisiones”.

Para muestra, las poquísimas acciones en materia de prevención en contra del COVID-19, todo se lo ha dejado al Gobierno federal y estatal, aunque en ocasiones patalee.

Sin embargo, las aspiraciones políticas de la alcaldesa morenista, que no es de MORENA, son claras, quiere competir, desea ser “la candidata”.

Los resultados de su administración pública son pírricos, ni con los dedos de una mano se pueden contar.

Hay prisa por demostrar resultados y acciones, por eso tiene a Acapulco abierto por todos lados.

El paso elevado en avenida Constituyentes, la obra de “gran calado” se ha puesto en marcha y el caos, el caos vial estará de nueva cuenta presente en Acapulco.

Pregúntese ¿cómo será recordado el Gobierno de Román Ocampo?

Marejadas

Honor a quien honor merece.

Cuando se trata de mujeres importantes y valiosas hay que mencionar a la Profesora de música, Francisca Astudillo, esposa del ilustre guerrerense Antonio Isidoro Delgado Casarrubias.

Cuentan que Doña Panchi en realidad fue la gran compositora detrás de los éxitos del músico chilapeño.

Estos sí que son guerrerenses de cepa.