Por: Misael Habana de los Santos
El pueblo de Acapulco ha dado una segunda oportunidad a la presidenta Abelina López Rodríguez. Esta oportunidad se manifestó en el voto masivo a su gobierno y, sobre todo, en el agradecimiento al presidente AMLO.
Esta ratificación de su gobierno, esta confianza brindada a Abelina, la hizo ganar con una ventaja de dos a uno. Hasta esta mañana, la oaxacapulqueña supera los dígitos de votos que la hicieron alcaldesa por primera vez.
Los votos que le dieron el triunfo a la morenista en esta elección son contundentes frente al número de boletas a favor de sus oponentes más escandalosos, más mediáticos y sin apoyo popular, como quedó demostrado.
Ni sumando sus votos, los opositores podrían ganar la presidencia municipal de Acapulco. Ni Carlos Granda ni los “legítimos” acapulqueños, Yoshio Ávila y Ramiro Solorio, podrían arrebatarle el triunfo a López Rodríguez.
Después de los festejos, la presidenta municipal debe entender este mensaje que los acapulqueños le envían con su voto. También exigen respuestas a los cuestionamientos que se le hicieron en esta etapa coyuntural, que fue el proceso electoral para buscar la continuidad.
Hay que reconocer que muchos de esos cuestionamientos, de muy mala fe, vinieron de los candidatos de la oposición, quienes tenían un proyecto personal para beneficiarse de los recursos públicos. Muchos de estos cuestionamientos estaban cargados de dolo, con la intención de dañar la candidatura de la presidenta. Sin embargo, también hubo y hay cuestionamientos legítimos que la presidenta constitucional debe atender.
Son varios puntos, especialmente los servicios y la seguridad. Aunque la seguridad escapa un poco al ámbito del gobierno municipal, la presidencia municipal debe mostrar mucho más interés en resolver este problema. Por ejemplo, creo que se debe avanzar hacia la eliminación de las policías municipales, no solo en Acapulco, sino en todo el país, y colocar a la Guardia Nacional como encargada de la seguridad.
Es importante reconocer que esta respuesta del electorado y de la ciudadanía politizada no solo fue en Acapulco, sino en todo el país, y se debe al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha sabido responder a las necesidades del pueblo y defender los intereses de sectores sociales que habían estado discriminados y marginados del poder, frente al ejercicio corrupto de diferentes partidos en el pasado.
El hecho de que se haya triunfado de esta manera, y que Claudia Sheinbaum haya ganado con un porcentaje tan alto y contundente, da la posibilidad de hacer las grandes transformaciones que hacen falta en el país, como la reforma del poder judicial. Esto manifiesta la confianza que el pueblo está dando al gobierno de la Cuarta Transformación (4T) y a Andrés Manuel López Obrador, así como la confianza para que Claudia Sheinbaum continúe realizando los cambios necesarios.
Volviendo al caso de Acapulco, creo que Abelina también debe hacer cambios profundos en su administración. Desde ahora, al regresar, tiene que lanzar mensajes positivos de que realmente escuchó las demandas y los cuestionamientos a su gestión. La gente le da el voto de confianza porque ha trabajado bien. No veo a otro presidente municipal en cualquier parte del mundo que salga adelante frente a una crisis provocada por un huracán como fue Otis, y que ya haya restaurado más o menos los servicios en la ciudad. Este es un punto favorable para Abelina y, al regresar al poder como presidenta constitucional, debe resolver los problemas que vio y que le manifestaron tanto las oposiciones como sus seguidores.
Es la hora de Abelina para cambiar, transformar y seguir con su proyecto político, que seguramente será exitoso.