Misael Habana de los Santos

Por: Misael Habana de los Santos.

Al revisar los recursos de impugnación que ha colocado Xóchitl Gálvez, quien encabezó la alianza del PRIANRD, y la del dirigente del PRI Alejandro Moreno “Alito”, quiero leer lo que dicen ustedes en las redes con sus respuestas.

Vi una respuesta de un usuario en la red que decía “retírense con dignidad”, y coincido con él porque es contundente el triunfo de Morena y sus aliados frente a esta oposición blandengue. Treinta puntos no es cualquier cosa; son 30 puntos, son millones de votos de ventaja.

Entonces, ¿qué van a impugnar en realidad para sostener la tesis de que fue una elección de Estado? Ahora, el Partido Revolucionario Institucional también, y Alito van en ese sentido de impugnar y declarar que fue una elección de Estado.

En primer lugar, a Alito se le podría preguntar ¿con qué calidad moral? Independientemente de no aceptar lo que ellos dicen porque no creo que se le pueda llamar elección de Estado, sí Morena es el partido hegemónico y lo es en casi toda la República, y por lo tanto, las acciones de esos gobiernos tendrían que impactar, por supuesto, en el electorado, más allá de las preferencias y la aceptación que tiene el gobierno de la 4T de Andrés Manuel López Obrador fue contundente. Incluso se ganó en estados donde Morena no es gobierno y donde impactaron las obras del gobierno federal. ¿Por eso fue elección de Estado?

Volviendo al tema, Alito en realidad no tiene calidad moral, no tiene calidad ética, igual que su partido el PRI.
El Partido Revolucionario Institucional es un partido que se sostuvo a base de fraudes durante decenas de años, utilizando los recursos públicos, utilizando todo tipo de recursos legales, políticos y hasta la violencia para mantenerse en el poder.
¿Qué calidad moral puede tener un partido y sus actuales dirigentes que en realidad son una vergüenza, en el descrédito absoluto ante la sociedad? Es el Partido Revolucionario Institucional el próximo partido que desaparecerá, ya desapareció el PRD primero, y luego este. Solamente se van a quedar aquellos partidos que tengan realmente una propuesta y un sustento, una base social.

El Partido Revolucionario Institucional perdió todo, entre otras cosas, la calidad moral, el respeto, la decencia y la honestidad. El Partido Revolucionario Institucional no es nada ahora, solamente aquí en el Ayuntamiento de Acapulco va a tener 2 regidores y en algunos otros municipios como en el estado de Oaxaca ya no se tuvieron ni candidatos a puestos de representación popular.
Por ello sus dirigentes quieren seguir el modus operandi del viejo PRI, seguir en manos de delincuentes privilegiados, con otro nombre, con otras siglas, con otros colores.

Seguir e insistir en buscar desacreditar la elección más democrática y con un triunfo contundente solo es seguir cavando el pozo para sus exequias carentes de consuelo y esperanzas.

Es mejor un retiro silencioso, como perro con la cola entre las patas, que pretender arrebatar con chicanerías legales el triunfo que le dio el pueblo en las urnas a Morena.

Por otro lado, pues no me sorprenden los resultados de la encuesta dada a conocer por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, donde presume su aceptación a lo largo y ancho del país: de cada 10 mexicanos, 8 lo apoyan. Y de esta estadística sobresalen la gente de Guerrero, el 86 por ciento de los guerrerenses apoya y respeta su gobierno.
¿Qué Presidente de la República en los últimos cuatro sexenios o más terminó con este porcentaje tan elevado de aceptación? Los últimos estaban en el descrédito y tenían abajo de 5 puntos, reprobados. Hoy, con todo el ejercicio de gobierno que se ha hecho y la obra que se ve por doquier y los beneficios que tiene la 4T, nos dan estos resultados.

Les voy a platicar una anécdota rapidísima. Ando en la Costa Chica y salía de una tienda de conveniencia a donde fui por un bote de agua y me encuentro a un paisano muy conocido, un priista destacado de Pinotepa de Don Luis, Oaxaca, y me dice: “Oye, Misael, ¡qué aceptación tiene el Presidente!”

Yo, como lo conozco priista de corazón y lo respeto mucho, le dije seco: “sí, verdad”.

Y me dice: “Te voy a confesar que yo no voté por Claudia, pero ahorita le acabo de decir a mi mujer y levantó los dedos de las dos manos. Esto le daría yo al Presidente de la República con todo lo que estoy viendo, porque yo fui presa del miedo y de la propaganda que hicieron los Loret de Mola, los Latinus, los de Televisa, TV Azteca, y me metieron un miedo que no pude vencer y tuve que votar por los del PRI. Tenía miedo que me fueran a quitar mi casa, que Venezuela… Puro chisme, ¿verdad?, pero me metieron miedo.
Pero ahorita -dice- después de la elección veo al Presidente seguro, hablando de cómo nos chingó y al ver lo que realmente propone como la Reforma Judicial, yo con mis 10 dedos se los daría a ellos, se los daría a Claudia”. Y me dije a mí mismo “a toro pasado…”

Esto habla un poco de cómo el miedo entumeció, efecto de la propaganda, a la tercera parte de los mexicanos.