Por: Misael Habana de los Santos
A todo santo le llega su fiesta y al Poder Judicial le llegó hoy. Este jueves inició uno de los muchos foros que se realizarán a lo largo y ancho de la República Mexicana sobre esta consulta, que busca cumplir con el mandato de la población que el pasado dos de junio dio su voto para aplicar el Plan C, iniciando la transformación del Poder Judicial.
El pueblo, el 2 de junio, mandató a Morena y a la candidata triunfadora Claudia Sheinbaum a reestructurar y cambiar el Poder Judicial, que es un lastre para la democracia en este país. Es un cúmulo de corrupción, una especie de pústula que impide realmente la aplicación de la justicia para la población.
La Cámara de Diputados invitó a diversos actores, entre ellos a los mismos ministros y magistrados, para escuchar sus puntos de vista sobre este tema que, por supuesto, no es tan avanzado y que solo busca una especie de gatopardismo: cambiar para no cambiar.
Ellos quisieran que se siguieran conservando los privilegios. Algunos ministros, como la presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña Hernández, plantean que una reforma en este momento provocaría más perjuicios que beneficios.
Y habló de ética, de moralidad de jueces y magistrados del poder judicial mexicano en un discurso defensivo de sus propios privilegios, disonante de la realidad que padecen la mayoría de los mexicanos que buscan justicia.
Un diputado de Morena le recordó a Piña que el poder judicial debe estar supeditado al pueblo y que el mandato de las mayorías es acabar con la corrupción que impera aquí y que debe iniciar con acabar con los privilegios que han creado corrupción y nepotismo.
La invitación provocó la primera división entre estos representantes del Poder Judicial, que fueron a la Cámara con representación individual y no de grupo como sugirió la señora Norma Piña.
Piña Hernández es la opositora más reacia a cualquier cambio que pueda implicar modificaciones que afecten el modo de vida tradicional de jueces y magistrados. Con una reforma como plantea Morena, la señora Piña podría quedar desempleada y sin pensión millonaria.
Incluso, tres magistrados se han manifestado a favor de la reforma; hay otros que se ubican en un punto medio, y el resto, encabezado por Piña, se oponen completamente a abandonar privilegios.
Norma Piña, incluso, ha convocado a los trabajadores del Poder Judicial a manifestarse y defender sus derechos laborales.
Los foros se realizarán en diversas ciudades. Guerrero, por supuesto, no está considerado. El último se va a hacer en Sinaloa. Luego, el tema vuelve a la Cámara de Diputados donde se seguirá discutiendo, y luego, pues, se va al proceso de votación para la instauración de las nuevas reformas, para lo que tendrán que ir al Senado y seguir todo el recorrido, y ya luego aplicarlo en este mandato de ley.
La concreción de esta reforma es vital para el futuro de la democracia en México. De hecho, creo que después de la reforma del Poder Judicial, venga el gobierno que venga, del partido político que sea, la reforma constitucional va a garantizar que por mucho tiempo, por muchos años, este país caminará por las alamedas de la democracia, combatiendo la corrupción que ha imperado durante años en este poder que se creía inamovible, conservador, y en el cual se defendían los intereses de las grandes empresas, de los amigos, los familiares, los políticos y del narcotráfico.
Ojalá esta reforma llegue a los poderes judiciales locales, que también están infectados de corrupción.
Quiero cerrar este texto hablando del confuso intento de golpe de Estado en Bolivia. Un golpe de Estado muy extraño, muy raro, del que están saliendo cosas ahora. Pues no se sabe. Hay divisiones entre Evo Morales y el presidente Luis Arce, actualmente del mismo grupo político, el Movimiento al Socialismo (MAS). El militar dice: “Yo salí porque me lo pidieron.” Entonces, no se sabe bien. Hay que esperar a ver en qué termina toda esta comedia, esta telenovela muy boliviana, muy latinoamericana.