Por Misraim Olea Echeverría

Las elecciones de 2021 están a la vuelta de la esquina, el proceso electoral ya comenzó y quienes aspiran a un puesto de elección popular comienzan a mostrar el músculo, emprender sus estrategias y mediatizar sus acciones.

En 2021 en Guerrero se elegirá gobernador, diputados federales, diputados locales, alcaldes, síndicos y regidores; es decir, la mayoría de los cargos que hacen que un Estado funcione y cumpla con su objetivo.

La experiencia de 2018 y sus resultados a dos años de aquel histórico suceso político pueden ayudar al electorado a tomar una decisión a la hora de votar. Es necesario entender que elegir a personajes sin experiencia en la administración pública puede retrasar el desarrollo de Guerrero.

Nuestra entidad no puede darse el lujo de elegir a personas improvisadas, las crisis que vivimos en el país requieren de gente experimentada que nos pueda ayudar a salir adelante. Nuestra entidad ha avanzado sustancialmente; 5 años tomó reducir los índices delictivos. Elegir personajes que no puedan continuar con esa estrategia exitosa seria un suicidio.

Guerrero necesita que quien gobierne a partir de 2021 rescate lo positivo de la administración saliente, requiere que las diputadas y diputados conozcan sus funciones y se coordinen con la o el gobernador; los municipios requieren ediles que sepan atender lo local, que ayuden en la gobernabilidad y que atiendan sus funciones.

El año 2021 es importante porque trazará el futuro de Guerrero, determinará la continuación de los avances importantes que se han logrado o su retroceso.
Las elecciones del año siguiente son la oportunidad para posicionar a verdaderos liderazgos que representen y resuelvan las necesidades del estado; es la oportunidad de sacar al populismo, la improvisación y la demagogia.