ACAPULCO, Gro., 15 de diciembre de 2021.- A pesar de que el Maratón Guadalupano es una de las competencias de mayor antigüedad no sólo en México sino en América Latina, las autoridades de los tres órdenes de gobierno sólo se aprovecharon de la copiosa participación en la edición 61 de este puerto, ya que ignoran la necesidad de apoyar a los deportistas y no los incentivan.

Aunado a ello, falta infraestructura de uso gratuito en la cual puedan entrenar, tampoco se cuenta con trabajadores calificados que regulen la calidad del agua en las albercas de uso público con características para entrenar la natación.

Para el nadador acapulqueño Ignacio Orbe Trejo, quien llegó en el sitio número 14 ante más de 90 competidores en el maratón celebrado el fin de semana pasado, la natación contribuye en el fortalecimiento de la mermada estabilidad emocional y psicológica de las personas, pues el largo periodo de confinamiento impuesto por el Covid 19, expuso la debilidad con la cual vive la sociedad ante la desatención en dicha área de la salud, lo que dejó una alta demanda en atención psicológica por ansiedad y depresión.

En entrevista con Quadratín Guerrero, Orbe Trejo, quien forma parte del club de natación Medusas, dijo que a diferencia de otras actividades deportivas, la natación exige condiciones específicas que únicamente se encuentran en una alberca pública y gratuita en Acapulco.

Lamentó que desde la primera reestructuración de la alberca de la Unidad Deportiva Acapulco (UDA) hace algunos años, no hay trabajadores capacitados que regulen las condiciones del agua, lo que genera enfermedades cutáneas a quienes la utilizan.

“El nadador está en simbiosis con la alberca y cuando no se regulan las condiciones del agua hay consecuencias en la salud. El apoyo de las autoridades debe incluir programas integrales, que van de la capacitación a los alberqueros y a los entrenadores, hasta becas y atención integral para los deportistas”, dijo.

Contó que el reto de participar en aguas abiertas, no sólo representa un reto de técnica, entrenamiento o resistencia física, sino también fortaleza psicológica, a lo cual hizo referencia de enfrentarse “al tiburón imaginario”, pues se ocultan temores hacia el mar, a la soledad ante las olas y a los animales que pudieran aparecer en el trayecto de la competencia.

“Algo tienes claro, vas a ir solo en el mar y eso, como en la vida misma, a muchas personas nos da miedo. Siempre voy a recordar con inocencia mi primera participación, una noche antes recibí las primeras indicaciones para el Maratón Guadalupano hace cinco años”, confesó el competidor de 35 años. Afirmó que es impensable una cosecha de medallas por deportistas guerrerenses  sin solvencia económica en competencias nacionales e internacionales, debido a que el uso de las albercas, los traslados y organizar horarios para entrenar cuestan dinero.

“Los gobiernos deben poner atención no nada más en este tipo de actividades que están consolidadas, porque la cultura, las tradiciones perviven a pesar de los gobiernos y sus administraciones; y más allá de la institucionalización de las actividades, que ayudan en la continuidad digna con recursos, hay trascendencia en ellas”, subrayó.

Advirtió que más allá de la institucionalización de las competencias, el gobierno debe otorgar becas e incentivos para que haya jóvenes participando y que ganen medallas en otras competencias.

Destacó que el ganador de la competencia este año fue el acapulqueño Jesús Espíritu, un joven que es seleccionado nacional, pero quien desde hace algunos años vive fuera de la entidad y a quien pocas autoridades han apoyado, ya que el mayor esfuerzo para fortalecer su carrera como atleta es de sus padres.

“El apoyo para un deportista debe impactar de manera directa en lo emocional (…) tengo muchos compañeros que son buenos en entrenamientos pero que gana la inestabilidad económica.

El hecho de tener dinero para llegar a entrenar cada día, para pagar el uso de la alberca o comprar los goggles hacen la diferencia”, destacó Ignacio Orbe.

Este año, el Maratón Guadalupano reunió a unas 10 mil personas, entre participantes de todas sus categorías y a sus acompañantes, según autoridades municipales.

Participaron unos dos mil 500 atletas provenientes de Ciudad de México, Estado de México, Puebla, San Luis Potosí, Michoacán, Guanajuato, Quintana Roo, Yucatán, Querétaro y Baja California, quienes completaron un recorrido de cinco kilómetros de la playa Caleta a El Morro.

Por Quadratín Guerrero