Por Misraim Olea Echeverría

 

Cuando el doctor Carlos de la Peña menciona que usar cubre bocas es la única vacuna que tenemos antes de que llegue la vacuna, lo dice con conocimiento de causa. De acuerdo con un estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine, se menciona que si una persona que se contagia del virus usando cubre bocas, la carga viral es menor, lo que en algunos casos podría ayudar a que el o la contagiada padezca menos síntomas.

En Guerrero se hizo obligatorio el uso de cubre bocas desde abril, a nivel federal, casi al final del 2020. El Doctor Gattel, luego de rebasar por mucho la catastrófica cifra de los 60,000 fallecidos dio a conocer que el cubre bocas era un elemento esencial en la prevención del contagio de COVID-19. El cubre bocas además de ayudar a evitar el contagio, evita que las personas asintomáticas contagien.

Una frase popular dice que el ejemplo arrastra, y vaya que sí. El Presidente López Obrador evitó a toda costa usar el cubre bocas, en eventos, en las conferencias matutinas y en las reuniones que sostenía. Aseguraba que la ineficacia de este era comprobada, él se cuidaba con la sana distancia; algunos seguidores suyos compartían esta idea y otros más le abandonaron en el camino.

El domingo 24 de enero lo inevitable llegó. Anunció, luego de una gira por San Luis Potosí, que habida dado positivo al COVID-19, situación que encendió las alarmas dado sus conocidos padecimientos. Para mitad de semana una gran cantidad de rumores sobre la salud del Presidente obligaron a su equipo a transmitir un vídeo, en el que el mandatario informaba sobre su salud.

Después de eso, de nueva cuenta hemos dejado de saber sobre la salud del Presidente, que lejos de ser un asunto privado, como lo mencionó el doctor Gattel, es una situación de interés nacional, porque es el jefe del ejecutivo, el comandante supremo de las fuerzas armadas, el que coordina los apoyos a quienes más los necesitan y sobre todo da ruta al gobierno federal y a su gabinete.

La 4T se tambalea, las “mañaneras” cada vez son menos atractivas, los seguidores de AMLO se están quedando sin palabras ante las acciones de sus secretarios y el gobierno, sin el filtro presidencial actúa sin rumbo. El gobierno del cambio no tiene cabeza y los pies se tropiezan cada vez más.

En el México de las cientos de miles de familias enlutecidas por la pandemia se necesitaba un líder y que éste entendiera la importancia del cubre bocas.