Por Misraim Olea Echeverría

A 10 días de que se realicen la elecciones y 7 de que comience la veda, el proceso electoral no es nada parecido a lo que pintaba hace un año. No es ni siquiera como se veía el panorama hace dos meses.

Con más tropiezos que aciertos, Morena logra al final de la contienda organizarse, juntar lo que puede y tratar de trabajar de manera coordinada. Dos semanas y media antes de terminar el proceso y como si se tratara de contrincantes de diferentes partidos, celebraron la inclusión en el proyecto de dos aspirantes a la candidatura, Amilcar Sandoval y Nestora Salgado.

El primero, pasó sobre todas y todos y ahora es candidato a diputados federal, la segunda sin ninguna posibilidad de ser candidata pero siempre presente por su encargo, se unió a un proyecto que hace apenas unos días dio propuestas claras.

Por su parte la histórica e impensable alianza del PRI y PRD ha sabido sacar adelante sus campañas, evidentemente juntos pero no revueltos, las estructuras de los dos partidos más importantes de Guerrero han hecho trabajos de aire y territorio que les ha permitido avanzar en las preferencias.

Los conflictos que se antojaban por celos o inconformidad fueron desvaneciéndose con el tiempo. Los liderazgos de los dos partidos y la altura de miras logró organizarlos para trabajar hacia una sola ruta con candidatas y candidatos competitivos.

A pocos días de cerrar campañas y llegar al día de la votación, la diferencia entre Mario Moreno y la marca MORENA se ha cerrado; la serie de eventos desafortunados que ha padecido el partido del Presidente han llevado en picada a la mayoría de sus candidatos y a la heredera de la candidatura.

Mario Moreno ha empatado en preferencia e intención de voto, Evelyn Salgado no ha logrado llenar el vacío que dejó su padre, por
más que intente meterse en la historia de la lucha social guerrerense, no se le reconoce tal participación, porque no es lo mismo ser que acompañar.

El ex candidato convoca, moviliza, canta, hace el discurso más largo en los mítines pero no logra convencer a la audiencia que su hija es él, que votar por su hija es votar por él; porque una cosa es votar por Félix, el que se parece a AMLO que votar por la hija que intenta alejarse de la imagen de su padre.

Guerrero se empató y la razón es clara, Mario Moreno supo aprovechar la experiencia de los ex gobernadores, su experiencia como candidato y su experiencia como operador político. En morena sólo pueden aprovechar su activo más fuerte que es AMLO, activo que cada día está más desgastado, alejado de la realidad y del pueblo. La experiencia la dejaron de lado, la confianza los hizo descender.

Hace unos meses en morena presumían de ganar incluso con cualquier animal, hoy luchan con todas sus fuerzas para no perder lo poco que les queda.