Por: Misael Habana de los Santos
Este miércoles, los miembros del Grupo Acá realizaron un simulacro de elección en el que resultaron ganadores los candidatos de los partidos conservadores.
Allí ganó Yoshio Ávila, quien fue excluido del proceso por el Tribunal Electoral acusado de “chapulín”; al Senado, el ex priista Mario Moreno, y a la presidencia, la señora de las gelatinas, Xóchitl Gálvez. Así se expresaron los 30 que asisten al Grupo Acá.
Los resultados no reflejan nada serio, solo los deseos de un minoritario grupo político (civil se dicen ellos), anacrónico, tradicionalmente conservador y que se mueve de acuerdo a los vientos de los intereses personales. Así que tampoco extraña a nadie que sea mínimamente consciente de la realidad que vivimos.
El conteo final de sufragios no debería sorprender ni a ellos mismos, porque solo es la evidencia de sus reales expectativas políticas y laborales.
Y ellos se conocen, saben quién es quién, conocen el mundillo de simulación de cada quien que asiste al grupo.
Además, no es fiable leerse la mano entre gitanos. Los más inteligentes del grupo lo saben; el resto puede seguir jugando a “se vale soñar”.
Ahora, si los que manipulan el Grupo Acá para sus propios fines conocen la realidad, ¿cuál es su verdadera intención con este ejercicio? ¿Mostrar lo que verdaderamente piensan los acasocios cuando a la mayoría de la sociedad le importa un cacahuate lo que hagan y digan? ¿Realmente, con su petate de muerto, a quién pretenden asustar? ¿A los votantes? ¿A los otros candidatos que no son de su complacencia?
Pero vean la ingenuidad de algunos personajes con tendencia política que se hacen pasar por ciudadanos. Uno de ellos, seguidor de MC, escribe en el chat de sus correligionarios: “¡Hemos Ganado!” con una emoción triunfal que, técnicamente, es injustificable frente a lo que ocurrirá el próximo domingo. El simulacro de elecciones en el Grupo Acá no tiene ninguna certeza demoscópica.
Incluso el militante de MC, para sostener sus argumentos, asegura que el Grupo Acá es “la resonancia de la clase media acapulqueña”. ¿La de Costa Azul? ¿La de la Progreso? ¡Sean serios, pues!