Guerrero. OPINIÓN– La semana pasada se comenzaron a ver algunas señales de cómo será la designación del candidato  o candidata a gobernador por el Movimiento de Regeneración Nacional en Guerrero.

La contienda por la dirigencia nacional y la secretaría general de Morena, abrió varios indicios comenzando con la visita que hizo al estado Mario Delgado, severamente cuestionado por supuestos actos de corrupción en el manejo de los recursos de Morena en la Cámara alta.

En varias entrevistas, Porfirio Muñoz Ledo ha señalado a uno de los aspirantes a la candidatura de a gobernador en Morena, Félix Salgado Macedonio, de ser un oportunista, así como de tener “amarrada” la candidatura en caso de ganar Mario Delgado.

El día de ayer, el presidente del Consejo Estatal del partido, Luis Enrique Ríos Saucedo dio a conocer que será la dirigencia nacional de Morena la que defina el género de la candidatura a la gubernatura de Guerrero, pero que esto ocurrirá hasta que la encuesta organizada por el INE defina la nueva presidencia del partido, así como la secretaría general.

Por lo tanto, la definición de la candidaturas a gobernador de las 15 entidades donde se renovará los poderes ejecutivos pasa, como deber ser, por la definición de la dirigencia del partido en disputa.

Pablo Amílcar Sandoval

En la lógica partidista son normales todos estos “juegos de sombras”, “fuegos amigo”, “el enemigo está afuera”, y un sin fin de lugares comunes utilizados en la jerga política.

Como buenos experredistas todos son expertos en mantener siempre la pistola cargada en la cabeza del contrincante, ya que conocen la pata de donde cojea cada uno de ellos y todos tienen cola que les pisen

El único sentido que tiene todo este manoseo político, todos estos golpes dados y los que amenazan por dar, es que solo servirán para que al final se repartan las candidaturas de los 15 estados (de los cuales 8 serán para un género y 7 para otro), así como las diputaciones locales y federales, y los miles de lugares para regidores y síndicos.

Esta es la lógica partidista, pero en la lógica de lo que Andrés Manuel López Obrador necesita para Guerrero, son otros los criterios y  son otras las prioridades que se requieren para consolidar su cuarta transformación en la entidad y en el país.

Andrés Manuel ya lo ha dicho en reiteradas ocasiones que para él lo más importante es la honestidad por encima de la experiencia. La experiencia se adquiere desempeñando bien o mal un trabajo, pero la corrupción difícilmente se quita cambiando solo del color del partido.

Así también, cuando se trata de reconocer la capacidad de trabajo, el presidente no lo ha hecho privilegiando género, sino valorando los hechos y los resultados de cada quien, como lo demostró cuando decidió que el subsecretario de salud Hugo López Gatell, asumiera las funciones de la exsubsecretaria Ana Cristina Laurell.

Más allá de todo este golpeteo interno que trae Morena para definir su dirigencia nacional y las candidaturas del 2021y 2024, lo que más importa es lo que quiera y necesite el presidente de México, a quien este sexenio se le está yendo como agua, sin lograr sentar las bases para la cuarta transformación del país.

Por eso vale la pena hacerse las siguientes tres preguntas: ¿Querrá Andrés Manuel López Obrador que en Guerrero gobierne una mujer por el solo hecho de ser mujer aunque no tenga buenos resultados, ni se distinga por la honestidad? ¿Quiere que gobierne un experredista  a quien se ha vinculado con el crimen organizado y diversos actos de corrupción? O ¿Quiere que gobierne un guerrerense sin vínculos con la corrupción, ni un pasado que lo ate a lo peor de Guerrero? Esta es la apuesta.

Por: Bajo Palabra