La Fiscalía General de la República (FGR) capturó en Zitlala a Fidencio Hernández Cortés, policía de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, por sus supuestos vínculos con Guerreros Unidos, la banda delictiva implicada en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Hernández Cortés fue detenido la madrugada del jueves 13 por agentes de la Policía Federal Ministerial, con base en una orden de aprehensión emitida por el Juzgado Segundo de Distrito en Procesos Penales Federales de Toluca por el delito de delincuencia organizada. El detenido fue trasladado al penal federal del Altiplano, en Almoloya de Juárez, donde espera comparecer ante la juez Raquel Duarte Cedillo.

En marzo de 2023, la Secretaría de Seguridad Pública estatal informó sobre la detención de siete policías estatales y dos municipales de Iguala por su presunta responsabilidad en la desaparición de los estudiantes. Hernández Cortés es uno de los 83 imputados a quienes se ordenó aprehender en agosto de 2022, en un expediente que también involucra a militares, ex alcaldes, ex funcionarios, y miembros de Guerreros Unidos. Testimonios de integrantes de Guerreros Unidos que se convirtieron en testigos protegidos de la FGR, como Gerardo López Astudillo, alias “El Gil”, señalaron que el grupo delictivo pagaba sobornos a miembros de corporaciones gubernamentales, incluyendo agentes estatales, lo que derivó en las imputaciones contra policías como Hernández Cortés.

La lista de órdenes de captura también incluye a José Luis Abarca, ex edil de Iguala, y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa. Entre los implicados de la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero se encuentra su entonces titular, Leonardo Octavio Vázquez Pérez. Según los testimonios, los mandos de la Policía Estatal recibían 80 mil pesos mensuales, mientras que otros agentes recibían entre 10 y 15 mil pesos, revelando un esquema de corrupción que facilitó la operación de Guerreros Unidos en la región.