“Este pueblo con tradición de lucha merece gobernantes de primera, este es mucho pueblo…”, dijo el presidente.
Misael Habana de los Santos / Akapulko Tropical

Acapulco, Guerrero.- Acudir a una conferencia mañanera del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador en tu tierra, sale igual que ir a Palacio Nacional en la Ciudad de México.

La Dirección de Comunicación Social de Presidencia de la República instruyó que habían que estar quince minutos antes de las cinco am en las puertas de la octava región naval de la Secretaría de Marina en Icacos.

Con puntualidad militar, a esa hora ingresamos a la instalación naval donde los protocolos son iguales a los que se estilaban con Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y continúan iguales en la peje transformación.

“Minutos antes al bajar por la avenida Escénica, ahí donde se colocan los anuncios del gobierno del estado, un panorámico que se encuentra casi a la entrada de la planta de Pemex en Icacos, se colocó un frío y cumplidor: “Bienvenido a Guerrero Presidente”.

Más tarde, alguien cercano a la esfera de comunicación social del gobierno del estado me preguntó: “¿viste el panorámico?”. Yo dije no, seguido de una desinteresada interrogación (“Where?”) difícil de creer.

Ese alguien reiteró: “fue una acción afectuosa al presidente después de que le han hecho muchas chingaderas en sus últimas visitas en otras ciudades”.

Por supuesto que el comentario entregado como primicia mostraba su obvia intención, la búsqueda de propaganda gratuita. Un panorámico similar había sido colocado en días pasados en Monterrey.

Decía: ingresé al recinto de los uniformados con todo y vehículo. Después de aparcar me llevaron a un salón donde hombres y mujeres colocaban cafeteras, charolitas con pan dulce y sándwiches de jamón y queso.

Ya cerca de las seis, frente al salón, pasaron tres camionetas negras que transportaban al presidente de la República y su equipo que había pernoctado en el Mundo Imperial.
La prensa desinformada y los amlofóbicos vertían comentarios como este: “tanto que criticaba y se queda en el mismo lugar, donde dormían Peña Nieto y Calderón”. Falso. Él, su esposa e hijo se hospedaron en un hotel de la zona Diamante.
“Y lo más trascendente de lo trascendido, la noche anterior a la mañanera acapulqueña” -dijera el columnista de chismes políticos-, fue que el presidente AMLO tuvo una reunión privada con el delegado del gobierno federal en Guerrero, Pablo Amílcar Sandoval.

¿Y de qué hablaron? Pregunté. “De los tiempos que vienen. Y le dijo que va muy bien, que siga así”, dijo quien pretende pasar por una anónima pared.

Siete de la mañana en punto, aparece el presidente en el pódium colocado bajo una carpa para el ritual matutino que se realiza desde hace dos años.

Entre el tedio de preguntas fabricadas en las  redacciones de los diarios, aburridos reporteros dan seguimiento a sus mismas notas. Y el presidente, entre clases de historia, sarcasmo, ingenio, responde a los aburridos preguntones chilangos que vienen como conquistadores a tierras ignotas donde aún no llega el periodismo.

Cuando el dedo de Dios me señaló y me autorizó preguntar, después de la participación del compañero Víctor Wences, hasta de camarógrafo le serví en una especie de rito propiciatorio al gran Tlatoani, al que ofrendó con café y mezcal guerrerense, me correspondió preguntar.

La respuesta a los cuestionamientos sobre la CAPAMA, saneamiento de la bahía, dio nota de ocho columnas.

Mi segunda pregunta, por la sonrisa pícara de AMLO, parecía que era esperada como para meter gol en el último minuto de juego.

Coloque el balón y él cabeceó y colocó el balón, dijera el cronista de la obvia metáfora: “donde las arañas hacen su nido”.

-Vienen elecciones en los próximos meses en la entidad. Los estudios demoscópicos arrojan que Morena ganará el gobierno de Guerrero el próximo año con una votación cercana al 50 por ciento del total de los votos. Sé que me va a responder que todo ha cambiando, que la cosa política es diferente, pero… ¿Cómo debe ser el candidato de este partido, cómo debe ser el gobernador que sustituirá a Héctor Astudillo Flores?

El presidente da una larga respuesta mezclada de historia y sabiduría popular: “Que otra cosa, tenerle amor al pueblo, sincero amor al pueblo, como el que le tenía el general Cárdenas al pueblo de México, profundo amor. Sobre todo a la gente humilde, a la gente pobre.

Sincero, no fingido, no simulado.

-¿Como estas?: empiezan a abrazarte cuando va a haber campaña, y se desviven ahí con la gente. Una vez que llegan al cargo no le vuelven a ver el pelo ya hasta cambian, otra ropa, otra actitud, otro peinado, hasta se engominan, se ponen moco de elefante, ya caminan…( tomando una posición erguida).

Los ve uno desde lejos, se vuelven presumidos, prepotentes y lo peor, corruptos, eso es lo peor. El que está pensando que ya se coló, y que va a llegar al cargo a hacerse grande con la riqueza mal habida.

Si vivían en una casa modesta, inmediatamente cambian a una residencia y luego departamento en Miami, ya no pueden andar con un carro normal, tiene que ser uno de lujo y rodeado de barberos, de alcahuetes y lambiscones para sentirse importantes.

-¿Qué horas son?

-Las que usted quiera señor.

Este pueblo con tradición de lucha merece gobernantes de primera, este es mucho pueblo para que no se tengan los gobernantes que están a la altura. Los que vengan, sea del partido que sea, tienen que atender a la gente”.

La respuesta da para muchas interpretaciones y descalificaciones. Para los más de tres aspirantes a la candidatura, podrán darse por descartados desde ayer. Y algunos de ellos no tuvieron contacto, ni siquiera visual, con el presidente. Bueno, hasta el gobernador Héctor Astudillo fue presentado como modelo para armar por todos aquellos que aspiran gobernar Guerrero.