Misael Habana de los Santos.
Al escuchar las declaraciones del secretario de turismo del Ayuntamiento de Acapulco David Abarca Rodriguez, uno ya no sabe dónde está ubicado ideológicamente— si uno está mal pues que me lo digan mis tres lectores—, ni en qué tipo de gobierno vivimos, si hubo cambios en la administración con la llegada de la 4T, o si los que están en turismo municipal son los mismos priistas que llevaron a este barco turístico llamado Acapulco a pique y hoy lo quieren salvar con las mismas cantaletas de antes.
¿En qué universidades se formaron estos sabios de la estulticia? ¿Qué fue lo que leyeron durante su formación académica estos especialistas en Marketing, en relaciones públicas a los Paulo Coelho y en psicología del éxtasis documentado por Carlos Cuauhtémoc Sánchez? ¿ De qué universidad local patito egresaron estos doctores corazón teóricos de la fantasía?
Veamos . Hoy el secretario de turismo municipal mostró su alter ego, sus reales convicciones políticas e ideológicas, con el consabido san Benito de que hay que salvar Acapulco; claro, para beneficio de la oligarquía cevichera antes de que las hordas que exigen cambios sociales, igualdad y justicia acaben de enchandar el negocio de los de siempre.
Por su boca fallece el pez en la bahía contaminada: “Nosotros como Secretaría de Turismo como saben (¡Fíjate mano que no lo sabía, lo acabo de descubrir contigo) nos encargamos de fomentar, promover, de difundir el turismo para nuestro destino (sic para perogrullo), y lógicamente sabemos (¿La lógica de la ganancia? Jejeje) que ese tipo de manifestaciones sí le pegan a Acapulco (sí, esas manifestaciones de los sucios, feos, pobres que quieren ingresar a la Universidad dice un funcionario aspiracionista)….; siempre lo he dicho, no estamos en contra de que la gente se manifieste (No, claro que no. Pero que se manifiesten donde no los vean nuestros ricos visitantes de Tepito), estamos en contra de las formas de como se hace donde perjudican a terceros (Entiendan, la Costera es sólo para taquerías y piqueras) y por lógica perjudica a la temporada de verano que tanta falta nos hace a los acapulqueños (¿De qué acapulqueños habla el flamante secretario de la 4T municipal?) entonces aquí debemos de tener consciencia (Si esos jóvenes universitarios rechazados por la Universidad Pueblo son unos inconscientes, grita en apoyo la burocracia universitaria), tenemos que trabajar para que la gente entienda (¡No entienden estos brutos! No se entiende cuando se tiene hambre, canta desde el coro un músico desplazado de la Plaza del Mariachi) que ese tipo de manifestaciones las formas en cómo se llevan a cabo perjudican al destino, ya que sabemos que la única industria que tenemos en Acapulco en estos momentos es el turismo (No, no me digas secretario. Yo creía que el narco ya había desplazado a la industria sin chimeneas).
Entonces si damos esa mala imagen por lógica (Maldita palabreja “deslumbrante” utilizada como silla de ruedas, digo muletilla, en el lenguaje de un gris burócrata) vamos a mermar (¿What? Mer-mar oí bien) que el turista piense regresar a Acapulco. (Y yo creía que los visitantes son masoquistas y que siguen viniendo a pesar de los pesares, de los servicios que brindan los turisteros). Debemos de tener consciencia turística (¿En qué farmacia la venden para comprar un poco y repartirla como polvo para snifear entre los turisteros?), debemos de tener esa sensibilidad (¿Cuál, díganosla ya) porque como yo siempre lo he dicho (¿En dónde? ¿En algún texto escrito para la posteridad?) nosotros los que vivimos del turismo (Claro, ustedes. Siempre ustedes) somos vendedores de ilusiones (¿No es la ilusión una falsa esperanza? Tiene razón los turisteros acapulqueños se la han pasado vendiendo pésimos servicios envueltos en el celofán de las ilusiones), somos los que hacemos posible la realidad (Como la contaminación de la bahía y hacerla pasar como aguas azules y limpias) y el sueño de cada turista (que viven pesadillas aquí: robos, trifulcas, abusos, etc), ya no es fácil en este momento atraer turismo como muchos dicen que Acapulco se vende solo, eso es una falacia (Otra verdad de perogrullo). Ya hay que empezar a promover más y más, estar siempre en la mente del turista (Sí, hay que seguir viajando, tirando el dinero público y seguir beneficiando a los empresarios que venden ilusiones), pero con este tipo de acciones sí perjudican al destino por la vocación turística que tiene” (Sí, que Dios nos agarre confesados ante tremendo gusto y vocación por la demagogia, la estulticia y el lugar común para presumir (des) conocimiento y profundidad de un tema. Lo peor es que este funcionario habla por un gobierno morenista.
Por un gobierno de transformación, ¡AMLO no tengas piedad de estos seudo apóstoles del cambio! ¡Te lo pedimos Señor! Amén.