Misael Habana de los Santos.

— ¿Mañana anuncia que se queda? Le espeté a Marcelo Ebrard cuando ya estaba a unos metros del templete donde se instaló el Cabildo público del Ayuntamiento de Acapulco.

La respuesta es robótica y se repite cada vez que algún “chismoso” le pregunta sobre su futuro predecible. Ante la falta de respuesta, un reportero dijo lo que podría complacer a la prensa, pero solo si salía de la boca de Marcelo: “No se va, solo se venderá más caro como cualquier aventurero”.

Mientras tanto, en el templete instalado sobre la calle de Urdaneta para dar cobijo a este Cabildo público del Ayuntamiento de Acapulco, comienza el show.

La regidora felixista de Morena, Laura Caballero, se coloca la playera zaga color guinda con la leyenda “Es Claudia”. No pasa nada. Inicia la ceremonia con somníferos discursos de apoyo a la presidenta municipal, incluyendo el discurso de la representante opositora del PRI, Janeth Vergara.

Marcelo, agobiado por el calor y el cansancio visible de los agitados últimos días, suelta una sonrisa horizontal sostenida como una máscara que ríe eternamente. No deja de mirar el celular. El secretario general del Ayuntamiento, a su lado, solo expresa monosílabos.

Luego, la regidora de Movimiento Desahuciado, como Gerardo Noroña llama a MC, un partido que le sale caro a Guerrero y sin mayor influencia que la lucha por obtener recursos públicos para mantener su amplia burocracia, hace presencia testimonial aquí. Un discurso demagógico, nada más.

Mari Carmen Cabrera Lagunas, secretaria del Bienestar, en representación de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, lee un discurso donde reconoce los grandes avances de la política social y habla de las inversiones del gobierno estatal y federal en Acapulco. La funcionaria no se salvó de una sonora silbatina y gritos de Abelina, Abelina.

No se mencionó la ausencia de la gobernadora en estos tiempos de sacudidas en las estructuras de Morena. Dentro de unos días sabremos más, según lo asegura Marcelo Ebrard para este lunes 11 de septiembre.

Luego aparece Abelina, camina hacia el micrófono, pasa por la pasarela, vestida de blanco y cita la frase filosa de su paisano Benito Juárez contra la corrupción y contra los malos gobiernos. Comienza a hablar de cifras y la moralidad en su manejo. Destaca su trabajo político con los diferentes sectores de su administración, sobre todo, con los sindicatos y sus trabajadores. También habla sobre el pago de deudas y finanzas sanas, dejadas por las administraciones anteriores. Menciona el turismo y la diversificación de esta actividad. Y enfatiza su calidad moral, heredada de sus padres, contando anécdotas de su vida menesterosa.

Abelina se muestra segura, con el cabello negro recogido en una cola de caballo. Se ve dueña de la situación que le permite manejar su discurso y traza con palabras la solvencia de su futuro inmediato que se encuentra en Morena: la reelección. Algunos afirman que la “amenaza” de Marcelo y su salida de Morena solo beneficia a la alcaldesa oaxaqueña.

“Una mujer salida del pueblo puede lograr esto y más. Ahora los empresarios me reciben con los brazos abiertos”, declara para aquellos que desconfiaban de ella debido a su origen en la lucha social de colonos en busca de tierras para vivir.

En el discurso de la alcaldesa no se menciona al Presidente AMLO, Andrés Manuel López Obrador, ni a la 4T. Solo hay referencias implícitas en el sentido de exigir congruencia a un proyecto supuestamente extraviado.

El conglomerado reunido aquí en Urdaneta incluye diversos grupos suburbanos, colonos, taxistas, jóvenes, waltonistas despistados, Alberto López Rosas y su gente, seguidores de la bandera del arcoíris; el diputado expulsado de Morena, Alfredo Sánchez Esquivel. También está presente el presidente municipal de San Marcos, Tomás Hernández Palma, quien apenas bajó del avión que lo llevó a Inglaterra y se dirige a Río de Janeiro, según informan los san marqueños. Además, se encuentra el hijo de Luis Walton, Lloyd Walton, en primera fila como un oligarca cevichero, y el secretario de educación de Guerrero, Marcial Rodríguez, quien se retiró cuando vio que el informe se estaba convirtiendo en un acto político. ¿Cómo se llaman entonces los eventos a los que asiste diariamente el funcionario estatal?

En modo “La dueña”, como dice una reportera radiofónica, Norma Otilia Hernández Martínez, hasta ahora presidenta municipal de Chilpancingo, con cinco hilos de perlas blancas en el cuello, sombrero de palma con flores de tela roja con lentejuelas, aretes de perla, conversa con su homólogo, el presidente municipal de Taxco, Mario Figueroa, como si nada los dividiera. Lady “Ardilla” parece olvidar por un momento el enfrentamiento entre ardillos y tlacos en Chilpancingo.

Y concluyó el ceremonial del segundo informe, donde Abelina López llamó a la izquierda a ser congruente entre el decir y gobernar, como si en Acapulco se construyera la verdadera izquierda. Claro, sin decirlo, con el ex miembro de Morena derrotado al frente: Marcelo Ebrard.

Y lanzó desde el podio un llamado a seguir por el camino correcto, “la misma ruta”.

Al final, los cohetes y la foto con Marcelo, que verán en todos los diarios este lunes. Marcelo, la estrella del evento, se bajó del escenario antes de que terminara el informe, se fue sin despedirse de los suyos y huyendo de la prensa. Dejando el suspenso de “mañana, mañana”, cuando hablará para anunciar que si se queda en Morena.