Misael Habana de los Santos

Por: Misael Habana de los Santos

Sócrates pensaba que el hombre se comporta mal porque es ignorante, es decir, porque su inteligencia interpreta erróneamente y cree ver el bien donde en realidad no existe, o considera como bueno algo que en verdad no lo es.

¿Será esta razón socrática la que llevó a las autoridades municipales y estatales, junto con la Secretaría de Turismo Federal de la 4T, a colocar un busto de la reina Isabel al lado del nacionalista y antiimperialista teniente José Azueta, acapulqueño que murió por defender a México de la invasión imperialista estadounidense en 1914?

Si la otra vida existe, allá en el otro mundo, donde dicen que hay infierno y gloria, Luis Felipe José Azueta Abad se estará revolcando de rabia al tener a su lado derecho y mirando hacia la Avenida Costera al símbolo más alto de todos los males del imperialismo, la reina Isabel de Inglaterra, con su ridículo sombrero “fascinador” azul esculpido.

Para el secretario de turismo, Miguel Torruco, miembro de la oligarquía televisiva nacional, con la anuencia de las autoridades locales, según el ahijado del expresidente Miguel Alemán Valdés, esto es para atraer turismo. Por ello también colocó una estatua de metal de Sylvester Stallone como “Rambo” y otra de su madre, la actriz María Elena Marqués, sin rubor alguno de ser señalado por nepotismo.

¿Cuál es la idea de turismo que tiene Torruco? Atraer a las masas que ven el Canal de las Estrellas, Televisión Azteca, a los Eugenios Derbez y clones estupidizantes, y convertir al puerto en un gran plató de los empresarios del espectáculo para incrementar sus fortunas con el dinero público.

Aseguran que la historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa, y lo ocurrido este viernes en el mal llamado Parque de la Reina tiene que ver con la risa; al paso del tiempo será visto como un capítulo más de las leyendas de folletín que tanto gustan a nuestros políticos locales que rechazan la lectura de todo tipo, y en especial de la Historia, para tomar el mando a distancia y entregarse a los dramas de siempre de las telenovelas.

La develación del busto de Isabel al lado del patriota acapulqueño no solo es una afrenta, es un insulto para él y para todos los mexicanos que luchan por la independencia del país y de las naciones sometidas por los imperios modernos.

La admiración de Miguel Torruco y de las autoridades locales a la soberana no es unánime y, a la hora de su muerte, los pueblos humillados recordaron la sangrienta historia del gobierno colonial: atrocidades contra los pueblos indígenas, el robo de estatuas y artefactos de las naciones de África occidental, oro y diamantes del sur de África e India, esclavitud y opresión.

Durante el levantamiento en Veracruz del general Félix Díaz, el 16 de octubre de 1912, se intentó izar la bandera de la Cruz Roja en señal de neutralidad; sin embargo, José Azueta junto con sus compañeros se opuso y pidió que mejor se izara la bandera de la Escuela Naval para dejar claro que los cadetes estaban dispuestos a combatir por el honor y la legalidad de las instituciones.

Azueta fue herido de bala por el contramaestre de segunda clase de la Armada estadounidense, Joseph G. Harnet, quien le disparó en tres ocasiones; el primer tiro lo apuntó en la pierna izquierda destrozándole el fémur, el segundo en la rodilla derecha.

Cuenta la historia de folletín que las heridas provocadas al teniente Azueta desgastaron su estado de salud. La noticia llegó a oídos del almirante norteamericano Frank Friday Fletcher, quien envió a algunos médicos para intervenir en la curación del teniente, pero este, al verlos, los expulsó de su casa diciéndoles: “Que se larguen esos perros, no quiero verlos”.

Hoy las autoridades de Guerrero y de Acapulco, con el secretario Miguel Torruco al frente, exaltan al imperio inglés y a su soberana porque alguna vez se dignó a visitarnos de lejos y montada en un autobús. Todo ello para atraer turismo. Eso dijeron desde el inicio de Acapulco como polo turístico y mire cómo estamos hoy.