Lunes 20 de mayo del 2024
Chilpancingo
La noche que lo mataron, Abraham Ramírez Rincón (65 años) tuvo uno de los días más plenos de su vida madura.
Por la mañana recibió su tarjeta para cobrar su pensión de adulto mayor y durante el resto del día platicó con personajes claves de Huamuxtitlán, con quienes planeó la forma para que esta población de la Montaña alta no quedara en manos de gente patrocinada, en sus ambiciones personales, por el crimen organizado.
La candidatura de la hija de Abraham, Rosalba Ramírez García, a la presidencia de este municipio, quien ocho meses atrás era ajena a la política partidista, era la llave.
Los personajes con los que habló durante el martes 6 de febrero, claves en la vida política y social de Huamuxtitlán, también estaban convencidos de que asegurar la presidencia municipal era el primer paso.
Abraham vislumbró el mejor de los escenarios para Huamuxtitlán si eso pasaba. El optimismo hizo que bajara la guardia.
La familia Ramírez García fue amenazada desde que se supo que Rosalba, una reportera de 36 años de la fuente política del periódico El Sur, sería la candidata de Morena a la presidencia municipal. Les mandaron a decir que se hicieran a un lado, o el papá, o el hermano, o la hermana, o la candidata, serían quitados de en medio.
Por esa razón, Rosalba Ramírez viajó esa noche a Chilpancingo, a buscar una audiencia con el equipo de seguridad en el estado para solicitar medidas cautelares ante las amenazas.
La gente que vio a Abraham por última vez se quedó con la imagen de un hombre feliz.
Abraham desbordaba alegría. Siempre quiso lo mejor para la gente pobre y marginada de su pueblo, por eso se sumó a todos los movimientos sociales que conoció desde que era un adolescente; por eso, en 2012, se integró al Frente Ciudadano para la Seguridad de Huamuxtitlán para expulsar a las personas que secuestraban y mataban. Abraham reclamaba, exigía y organizaba. Fue uno de los fundadores de Morena en el municipio (Rosalba Ramírez también se afilió a al partido guinda desde las asambleas distritales). Era un líder social nato.
Cuando su hija Rosalba compartió con él, en junio del 2023, el ofrecimiento de Morena de participar en el proceso interno en Huamuxtitlán para elegir al candidato o candidata a la alcaldía, Abraham dejó sus campos de azucenas, de maíz y de arroz. Era el momento de otra siembra y de otra cosecha.
La noche del martes 6 de febrero, al terminar la jornada casa por casa para sumar simpatías a la candidatura de su hija, Abraham se fue a cenar tacos a la salida de Huamuxtitlán, mientras Rosalba, en Chilpancingo, buscaba los canales para reunirse con quien podía proporcionarle medidas de seguridad para resguardar su vida y la de sus familiares.
Fueron los últimos tacos de la vida de Abraham.
Cuando cenaba, unos adolescentes llegaron y le dispararon. Fueron 11 balazos. Dos de esos proyectiles atravesaron la cabeza del líder social.
1. Jamás me hubiera perdonado rendirme
El asesinato de mi padre me dobló. Me quebró. Decidimos hacer una pausa; yo decidí hacer una pausa, esperar a ver cómo reaccionaban los compañeros. Yo estaba decidida, siempre estuve decidida, por mi mente jamás pasó la posibilidad de declinar. Todo lo contrario. Lo primero que imaginé era que mi padre jamás me hubiera permitido rendirme. No, no permitido, jamás me hubiera perdonado rendirme. El siempre procuró que fuéramos mujeres fuertes, que tuviéramos las herramientas emocionales, intelectuales, morales para seguir adelante. No, no me hubiera perdonado, no le hubiera gustado y yo tampoco me lo permitiría.
Opciones electorales reducidas por el crimen organizado: Colegio de México
En el estudio Urnas y tumbas, el Colegio de México advirtió la presencia de una criminalidad creciente en el proceso electoral del 2024, fenómeno que acota la democracia mexicana, porque los grupos del crimen reducen las opciones del electorado y generan miedo entre candidatas, candidatos y votantes.
El estudio del Colegio de México, encabezado por el investigador Sergio Aguayo y presentado el pasado 14 de febrero, se basó en el análisis de los crímenes durante el proceso electoral del 2021, en el cual, a nivel nacional hubo 32 asesinatos de aspirantes a cargos de elección popular.
De acuerdo con el análisis del registro cuantitativo, la violencia electoral es eminentemente local, porque 85 por ciento de las víctimas competían por cargos municipales y hallaron que el paso de precandidaturas a candidaturas es el momento clave para la violencia.
Como parte de la discusión final plantearon que las organizaciones criminales acotan la democracia mexicana, al grado de que tienen la capacidad de decidir quiénes tienen derecho a competir y quiénes no y que los partidos, no sólo no están a la altura del reto, sino que ellos mismos resuelven la lucha por el poder a balazos.
El objetivo de la investigación se enfocó en explicar las causas de la violencia electoral y concluyeron que la lógica de las organizaciones criminales no era la única responsable, de hecho, sólo 11 de los 32 homicidios se atribuyen claramente a las organizaciones criminales.
Para estudiar la violencia electoral en este 2024 en Guerrero y Oaxaca, el Doctorado en Antropología Social de la Universidad Columbia y Amapola Periodismo desarrollan un proyecto de investigación de forma conjunta. El proyecto busca documentar la violencia política electoral en estos dos estados con los más altos índices de pobreza y marginación, para conocer el impacto de los ofrecimientos económicos y las amenazas de los grupos del crimen organizado.
En la etapa del registro, el estudio tiene documentados 12 asesinatos de aspirantes y candidatos; en tres de los casos, la violencia rebotó contra integrantes de algún familiar, como es el caso del papá de la aspirante a la alcaldía de Huamuxtitlán, asesinado en la etapa en la que aún no era oficial su registro.
Los 12 asesinatos se desprenden de 32 incidencias en total, entre las que ha habido la eliminación física, pero también privaciones ilegales de la libertad, balaceras contra propiedades de algún aspirante y amenazas de muerte con advertencias de que se retiren de la contienda.
En este proceso, 40 candidatos a las presidencias municipales y diputaciones locales tienen medidas de seguridad por el riesgo que representa realizar sus actividades políticas, informó la consejera presidenta del Instituto Electoral de Participación Ciudadana de Guerrero (Iepcgro), Fabiola Matildes Gama.
Una de las candidatas resguardada por una patrulla con siete elementos, para hacer sus actividades de proselitismo, es la hija de Abraham Ramírez, en Huamuxtitlán.
Rosalba Ramírez arrancó su campaña el pasado 20 de abril rodeada de elementos de la Guardia Nacional.
En otro lado del estado, la candidata a la alcaldía de Copala, en la región de la Costa Chica, por parte de la coalición de Morena y PVEM, Candy Espinoza Ríos, se bajó de la contienda por las amenazas que recibió. El hermano de Candy y aspirante original a la alcaldía, Jesús González Ríos, en junio del 2023 fue privado de su libertad y al día siguiente apareció asesinado, con huellas de tortura.
Candy iba a asumir el sueño de su hermano, pero se retiró el 4 de abril, porque nunca recibió las patrullas de la Guardia Nacional para resguardar su vida.
En su cuenta de Facebook, Candy escribió: “Con mucha decepción, me doy cuenta de que no hubo el respaldo del gobierno del estado, Fiscalía, Secretaría de Seguridad, Guardia Nacional y Ejército, para darme seguridad para mi persona, familia y equipo de trabajo”.
2. De violencia política de género a la eliminación física
Al principio viví violencia política de género. Tenía la teoría, pero no sabía lo brutal que era. Nos llegaban los comentarios terribles respecto a mi participación. Pero al final esa violencia política de género perdió relevancia cuando empiezan las amenazas, cuando empiezan a llegarnos los comentarios violentos, las sugerencias de que era mejor retirarme, de que no me arriesgara, de que no expusiera a mi familia. Lo platicamos con la familia. Lo platiqué con mi padre, veíamos el riesgo. No lo queríamos, pero sabíamos que iba a llegar. Ante todoesto que comenzó a ocurrir alrededor nuestro yo viajo a Chilpancingo, precisamente para plantear el tema de mi seguridad, por todas estas amenazas que estaban sucediendo. Busqué los canales para procurarnos protección, pero la noche que viajé a Chilpancingo asesinaron a mi padre.
Huamuxtitlán: el municipio bisagra
Este municipio de la región de la Montaña alta se ubica entre Puebla y Guerrero. De hecho, a los huamuxtecos les queda más cerca la capital poblana que Chilpancingo, la capital guerrerense.
De Huamuxtitlán a la capital poblana hay 204 kilómetros de distancia que se recorren en dos horas y media. De Huamuxtitlán a Chilpancingo hay 224 kilómetros que se recorren en cinco horas y media, por las condiciones de la carretera. Es más sensato hacer comercio con Puebla, estudiar en Puebla y vacacionar en Puebla que en Guerrero.
Los grupos ilegales asentados en la subregión conocida como La Cañada tienen más conexiones con sus pares de Puebla que de Guerrero, pero Huamuxtitlán es el municipio Bisagra. Para entrar y salir de Guerrero hay que pasar por Huamux, como le dicen sus habitantes de cariño.
Es un municipio de sólo 17,000 habitantes dedicados, principalmente, al cultivo de granos y frutas. Las tierras productivas de Huamuxtitlán dan mangos, mamey, plátanos y cítricos.
En este municipio, de acuerdo con el mapa criminal realizado por las instancias de seguridad de la entidad, cinco municipios de la región Montaña: Cualac, Alpoyeca, Alcozauca, Xochihuehuetlán y Huamuxtitlántienen el control económico y político de Los Rojos.
Los cinco municipios tienen gobiernos emanados de diferentes partidos; el alcalde de Cualac es del PRI; el de Alpoyeca es de Morena; el de Alcozauca, del PRD; de Xochihuehuetlán, del PVEM y Huamuxtitlán, de Morena.
Las candidaturas fuertes en Huamuxtitlán son la de Rosalba Ramírez, de Morena; Soledad Romero, del PT y Daniel Méndez El Fantoche de Movimiento Ciudadano.
Un Consejo Ciudadano para el municipio bisagra
En 2007, como ocurrió en casi todo el país desde que el presidente Felipe Calderón declaró la “guerra” a los grupos de “narcotraficantes”, la violencia en Guerrero y Puebla, rebotó en este pequeño municipio, entonces de 13,000 habitantes.
Las tierras de la cañada de Huamuxtitlán, una zona que va de caliente a extremadamente caliente, productora de mangos, mamey, plátanos y cítricos, han generado hombres y mujeres con pequeñas fortunas económicas. Quien llega de fuera diría que en Huamuxtitlán, en la cabecera, hay riqueza. Cuando la “guerra” de Calderón contra el “narco” arrinconó a los grupos dedicados a la venta de sustancias ilegales, como documentaron especialistas sobre la violencia en México, éstos probaron otras formas de allegarse recursos; comenzaron las extorsiones, las olas de secuestros, los asesinatos para despojar a la gente de sus pertenencias.
En 2009, arribó a la presidencia municipal bajo las siglas del PRD, Soledad Romero Espinal, quien había sido maestra disidente, afiliada a la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), de donde fue expulsada. La maestra arrasó en la elección. Su gobierno se convirtió en un referente estatal porque Soledad Romero era la primera mujer en gobernar un municipio en la región de la Montaña, una zona marcadamente patriarcal. Soledad Romero ejerció como docente en Puebla. Cuando se hizo alcaldesa, todas sus conexiones políticas y laborales estaban en el estado vecino.
En 2012, Soledad Romero pidió licencia para buscar una diputación local y dejó en su lugar a quien fungió como su secretario de Seguridad Pública, Juan Carlos Merino González, de quien se rumoraba tenía conexión con el grupo del crimen organizado responsable de los secuestros y extorsiones a los habitantes de Huamuxtitlán, procedentes de Puebla.
El periodo de Soledad Romero como presidenta estuvo marcado por esa sospecha, precisamente por mantener a Juan Carlos Merino como secretario de Seguridad Pública y cuando quedó como suplente en la presidencia, para algunos, ya no hubo dudas.
En este periodo, los secuestros y las extorsiones se generalizaron hasta que, en octubre del 2011, un grupo de ciudadanos, entre los que jugaban un papel importante los Ramírez Rincón, la familia paterna de la candidata de Morena en este 2024, formaron el Frente Ciudadano por la Seguridad de Huamuxtitlán, que inhibieron levemente las actividades delictivas porque durante las noches y madrugadas patrullaban las calles del pueblo y vigilaban los accesos.
Junio del 2012 fue un mes intenso para el Frente Ciudadano, sobre todo el sábado 2. Ese día, desde temprano, se corrió el rumor de que el grupo de hombres armados que ingresaba a Huamuxtitlán por Puebla privaron de su libertad a varios ciudadanos, con la protección de la Policía Municipal. Por la tarde se tuvo la certeza de esta acción criminal cuando secuestraron al hijo del empresario Mario Guevara, quien avisó del evento a los integrantes del Frente Ciudadano y, después, él mismo persiguió a los delincuentes que a punta de pistolas se llevaron a su hijo.
La persecución ocurrió por la salida que conecta a Huamuxtitlán con Puebla, por la carretera federal 093. En la persecución, Mario Guevara volcó y los delincuentes cuando se percataron del accidente se regresaron para matarlo, lo bajaron del carro y lo golpearon, pero milagrosamente ese no fue el último día de su vida.
Los habitantes del pueblo encabezados por el Frente Ciudadano llegaron a las instalaciones de la Policía Municipal a buscar indicios de las personas secuestradas. Los uniformados eran apenas una docena, cuando se vieron rodeados huyeron de las instalaciones. La gente entró y encontró a una adolescente amordazada y amarrada a una de las camas de la habitación donde dormían los policías. La liberaron y la resguardaron. Después prendieron fuego a las instalaciones y a las patrullas.
Al mismo tiempo, corrió el rumor de que los secuestrados estaban en el basurero, a orillas de la carretera hacia Xochihuhuetlán, fue hasta ese momento que el alcalde sustituto hizo acto de presencia para persuadir a la gente de ir a buscar a los secuestrados, porque le correspondía a la autoridad. La gente no hizo caso, a pie y en carros, se trasladó a la carretera y rebasaron al alcalde.Efectivamente,nhallaron a los secuestrados en el basurero y cuando ocurría la liberación, el alcalde sustituto llegó a la carretera, atrás de él venían los policías municipales y una patrulla de ministeriales. Los testimonios de esa noche indican que el alcalde venía al frente de los uniformados para que los policías ministeriales pudieron irse de Huamuxtitlán, porque cuando llegó adonde estaban los del Frente Ciudadano tiró balazos para dispersarlos. Los policías eran pocos. La noche, el enojo y la adrenalina hicieron el resto. La gente comenzó a agredir a los policías con piedras, palos, tablas, con lo que tuvo a la mano. El reporte de esanoche indica que varios uniformados fueron trasladados al hospital, entre ellos, el alcalde.
Cuando los secuestrados contaron cómo fueron privados de su libertad y por quiénes, los habitantes fueron por el alcalde al hospital, lo sacaron, lo hicieron caminar al Ayuntamiento, en donde lo interrogaronpara que dijera por qué apoyó a los secuestradores, el alcalde sólo balbuceaba; pedía perdón y que no lo mataran, entonces, la madre de uno de los secuestrados se acercó y le plantó una cachetada, la primera de muchas que propinó la gente enardecida.
En 2019, varios de los protagonistas del Frente Ciudadano fueron asesinados. En julio, el comandante regional de la Policía Comunitaria, Antonio Ramírez Rincón, hermano de Abraham Ramírez y tío de Rosalba Ramírez, fue interceptado por un grupo de hombres armados cuando caminaba a su domicilio. Se lo llevaron, lo torturaron y al día siguiente lo tiraron cerca del puente de Coyahualco, municipio de Huamuxtitlán.
En diciembre, Manuel Alejandro Gutiérrez, fundador y coordinador del Comité de Enlace del Grupo de la Policía Comunitaria, fue asesinado y con este crimen se cerró esta etapa en la historia del municipio bisagra. Ya no hubo más policía comunitaria.
Abraham Ramírez siempre rebelde, siempre contestatario, por petición de toda su familia, se guardó su dolor. Pero ahí lo traía en el pecho, en las vísceras, en la mirada; lo traía pegado como una bomba de tiempo.
3. Tenía que participar
¿Qué me motivó a participar? Le entré porque yo veía un peligro muy fuerte para mi papá, porque ya se mencionaba quienes iban a volver a pelear la presidencia municipal y yo sabía que mi padre iba a volver a ser esa voz crítica, que no se iba a callar. Entonces asumí que era el momento de participar para que no llegaran esas personas porque sabemos cómo actúan, conocemos sus modos de operar, de someter, de callar. Para mí eso representaba un riesgo inminente contra mi padre, un riesgo que en cualquier momento iba a estallar y que la vida de mi padre siempre iba a estar en peligro. Lo pensé y me dije: yo puedo hacer algo bueno por el municipio. Las condiciones están dadas, vamos a tener una presidenta del país, de Morena; tenemos una gobernadora estatal de Morena y yo tengo esta oportunidad en este proceso interno en mi municipio, entonces dije: ¿Por qué no?¿Por qué no intervenir? ¿Porque dejar que sigan siendo los mismos de siempre los que tomen las decisiones? ¿Por qué dejar que se vuelvan a cometer los mismos atropellos?
Un perfil diferente
Abraham Ramírez se entusiasmo cuando Rosalba le compartió que la dirigencia estatal de Morena le ofreció participar en el proceso interno y buscar la candidatura a la presidencia de su municipio. Hasta antes de eso, el contacto de Rosalba con la política, como reportera del periódico estatal El Sur, consistía en entrevistar a los dirigentes de los partidos y a los líderes de las fracciones parlamentarias en el Congreso local.
Era el momento de escribir otra historia, de sembrar y de cosechar más que las azucenas que habían permitido sostener a su familia.
Desde junio del 2023, Abraham prácticamente se convirtió en su coordinador de campaña. Primero, con mucha discreción fue compartiendo entre la gente cercana esta situación, para ver cómo reaccionaba la gente.
Para entonces ya se hablaba de que Soledad Romero Espinal buscaba otra vez la presidencia municipal, ahora por la alianza entre PT y Morena, posición quebuscó en 2021, abanderada de nuevo por el PRD, pero entonces ganó la alcaldía el actual presidente municipal, el morenista Aurelio Méndez Rosales.
Soledad Romero se sumó al PT a mitad del 2022 y buscó a toda costa encabezar la coalición con Morena y el PVEM. Fue entonces cuando Morena buscó a Rosalba Ramírez y Rosalba Ramírez después de platicarlo con su mamá, su papá, el padre de su hijo y su hijo, de sólo siete años, aceptó el reto.
Era un perfil totalmente diferente a lo que hasta entonces había en la política local, joven, exitosa en el periodismo de la capital, sin mancha en el ejercicio, un cartucho nuevo, como se dice coloquialmente y con el plus de todo lo que significaba el prestigio de las familias Ramírez Rincón y García Guzmán.
La precampaña se puso en marcha, Rosalba iba y venía entre Chilpancingo y Huamuxtitlán, hasta que en noviembre pasado renunció a su puesto como reportera de El Sur y se fue a vivir de planta a su pueblo. En los últimos 15 años, desde que llegó a la capital para hacer estudios superiores, nunca cambió su domicilio en su identificación oficial.
Su entrada a la política local por la puerta grande generó suspicacias. Enfrentó la violencia política de género, se cuestionó las razones atrás de su posible nominación, que probablemente era la novia, por decirlo de forma cortés, de alguno de los líderes de la dirigencia estatal.
El PT y Soledad Romero presionaban para que ella encabezara la coalición hasta el último momento, a tal grado que la fecha oficial del arranque de las campañas a las alcaldías se retrasó varias horas, hasta que en el Iepcgro se resolvió que, en la alianza con Morena, el PT iba al frente en Tlapa, el municipio más importante de la región Montaña, de 96,000habitantes, y en Eduardo Neri, ubicado en la región Centro, con 40,000 personas, pero no se cedió Huamuxtitlán, con 17,000 habitantes.
4. Alguien lo tiene que decir
Mi papá siempre decía las cosas de una forma tan directa, sin tapujos, sin miedo. Yo le preguntaba ¿De verdad no tienes miedo? ¿De verdad no te da temor hablar así y los intereses que puedes afectar? La respuesta de mi padre era que sí tenía miedo, pero al miedo había que dominarlo, no que el miedo nos dominara a nosotros. “¿O todos nos vamos a quedar callados?”, me decía. “No, alguien lo tiene que decir, alguien tiene que llamar a las cosas por su nombre”. La voz de mi padre siempre fue necesaria. Siempre son necesarias las voces claras, las voces fuertes. Ese era mi padre.
Por: Amapola Periodismo