En un comunicado difundido por la Conferencia del Episcopado Mexicano, el Obispo Emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, hizo su primer posicionamiento público tras los acontecimientos del pasado 27 de abril en Morelos, donde según la Fiscalía habría sido víctima de secuestro.
En la misiva, Rangel anunció su decisión de no presentar ninguna denuncia contra aquellos que presuntamente lo habrían perjudicado, invocando sus derechos constitucionales y argumentando preocupaciones por su seguridad e integridad física y moral.
El Obispo Emérito explicó que su elección se fundamenta en la reflexión, la oración y las consultas con sus seres queridos, tanto del clero como laicos, teniendo en cuenta su avanzada edad, su salud y las circunstancias desfavorables en las que se encuentra.
Siguiendo los principios evangélicos, Salvador Rangel expresó su perdón hacia quienes le han causado daño, incluyendo aquellos que han contribuido a su revictimización a través de la desinformación.
Por último, expresó su gratitud hacia todas las autoridades, tanto legales como eclesiásticas, que colaboraron en el caso, destacando especialmente la labor de su abogado, Luis Gasca Cisneros, y el apoyo de quienes han rezado por su recuperación.