Confrontación estéril

Por Alfonso Juárez Serrano

El fuego que arropa la protesta estudiantil deja cenizas estériles en Guerrero.

La confrontación, como método de aparición de normalistas de Ayotzinapa, solo daña, lastima y lacera al movimiento genuino que busca justicia.

Han sido días, meses, años, de enojo y frustración por parte de quienes exigen la aparición de 43 jóvenes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, privados de su libertad el pasado 26 de septiembre del 2014.

Ante los hechos, los gobiernos federal y estatal hacen un llamado a no confrontarse y buscar los caminos para resolver este enmarañado caso que administraciones pasadas dejaron como “resuelto”.

A los familiares, estudiantes y organizaciones sociales se les ha dado total libertad para expresarse y manifestarse, sin embargo, pareciera que hay intereses oscuros que opacan esta lucha social.

En Iguala y Chilpancingo se han observado quema de vehículos y de inmuebles -Palacio de Justicia y Congreso local- como si fuera una provocación. Los daños a los edificios son lo de menos, pero el acto en sí, raya en lo vandálico y violento.

El caso de los 43 estudiantes desaparecidos no se resolverá con fuego ni con violencia.

Los caminos son distintos y se requiere de un acompañamiento total, de todos, incluida la sociedad guerrerense que se vuelve indiferente ante estos terribles hechos en la historia de México.

Guerrero no está en los tiempos del defenestrado ex gobernador, Ángel Aguirre Rivero, principal responsable por omisión del caso de los 43.

La entidad vive un cambio que apunta, según los índices federales, a una baja en todos los indicadores de inseguridad y violencia.

El Gobernador Héctor Astudillo Flores ha asegurado que respalda a las madres, padres, familiares y estudiantes que exigen justicia, pero no a quienes quisieran volver a los tiempos violentos.

¿Quién o quiénes ganan con encender el fuego en Guerrero?